El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, recalcó ayer en la visita a la estación robotizada de la Fe que para evitar la propagación del virus «la mascarilla es básica, igual que la distancia social y las medidas higiénicas» por lo que apeló a la «responsabilidad individual» ante «una pandemia que no ha finalizado» y que «obliga a realizar equilibrios entre la prudencia y la normalidad».

Sin embargo, ante una propagación del virus que obligue a limitar la movilidad en algunas zonas o comarcas como en Segrià (Lleida), Puig defendió el confinamiento como medida. Eso sí, para poder hacerlo ha señalado que el Estado de Alarma «es fundamental porque ese era el marco legal que tuvimos y que deberíamos tener, aunque habría que definirlo en relación a algunas zonas o espacios determinados si es necesario».

Puig se refería as en declaraciones a los periodistas, al rechazo por parte de una magistrada de ratificar el endurecimiento del confinamiento en el Segrià, al concluir que la Generalitat catalana pretende «eludir» de forma ilimitada en el tiempo la aplicación parcial del estado de alarma, que es una competencia estatal para la que debería pedir permiso al Gobierno. «Sabíamos cuál era el marco legal. Y parece que esta primera resolución lo aclara, hay que ver como finalmente evoluciona», señaló.