El futuro de las diputaciones es un debate guadianesco. Va y viene. A la izquierda no les gustan. Por tradición comarcal y por vinculrase a un pasado anterior a las comunidaes autónomas. Compromís lo ha vuelto a plantear este último fin de semana. En el Senado. Frente a todo ello, está el PP, que ha decidido erigirse en el partido defensor de las diputaciones. Se ha visto en los documentos para el congreso provincial de Alicante del próximo sábado. Y lo vuelve a dejar claro en la ponencia de estatutos y política del XV congreso del PP de la provincia de Valencia, que tendrá lugar el próximo día 25 y que supondrá la aclamación como nuevo líder provincial del único candidato, el alcalde de Gavarda, Vicent Mompó.
La diputación es una figura que se señala en este reglamento como «fundamental para la vertebración de la provincia». «Es clave asegurar su existencia», añade, tomando partido en el debate sobre el futuro de unas instituciones cuestionadas perennemente al no ser de representación directa y responder a una división territorial anterior a la actual, vertebrada a partir de las comunidades autónomas.
Sin embargo, para los populares la corporación provincial «homogeneiza la calidad de vida de todos los vecinos, garantiza el desarrollo y la equidad, así como la atención a los pequeños municipios».
El 'nuevo' PP de Mompó se marca como gran objetivo precisamente la recuperación del gobierno de la diputación, que el partido conservador ostentó hasta 2015. Su último máximo representante fue el investigado por corrupción Alfonso Rus.
La ponencia plantea asimismo cambios organizativos internos con el fin de alcanzar unas nuevas estructuras «claras y dinámicas». Los ejes estratégicos fundamentales pasan por la «simplificación y flexibilización de las estructuras de gobierno interno del partido» y por «reformar los mecanismos de financiación» del partido. El tercer pilar de la renovación es la apertura de las estructuras de gobierno a la participación.
25 euros de cuota
En cuanto a la financiación, la novedad viene obligada por los ocho años sin congreso, a causa de la inestabilidad interna. El reglamento se adapta a las exigencia de la ley de financiación de los partidos (de 2015). Fija así las fuentes de ingresos, que son las mismas que operaban hasta ahora oficiosamente. Estipula una cuota mínima anual para los afiliados de 25 euros y un tercio como mínimo de la subvención percibida por el grupo en la diputación, así como una parte porcentual en función del número de parlamentarios autonómicos.
Por otra parte, el PP de Mompó no tocará las estructuras comarcales del partido, mientras que la figura de los coordinadores pasa a depender del presidente. Una de las novedades se centra en la creación de los «diputados de proximidad», que ejercerán de enlace entre el trabajo en las instituciones y la sociedad, señala la ponencia. Esta también anuncia que «se va a instaurar una profunda cultura de la rendición de cuentas de los cargos públicos con la creación de una oficina de control».
Partido «abierto y moderado»
En el terreno ideológico, la ponencia defiende un partido «integrador, abierto y moderado». «La libertad individual, la propiedad privada, la familia, el Estado de derecho, la igualdad ante la ley, la democracia representativa y la unidad de España» sintetizan los valores básicos. Sin olvidar, «el blindaje de las señas de identidad valencianas» como hecho «irrenunciable», con el valenciano como «mérito del que sentirse orgulloso y no como requisito».
