El Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) tiene claro el diagnóstico: «La adaptación de los sistemas educativos a la incorporación de la formación online durante la pandemia ha sido muy difícil y desigual». La «debilidad principal», según apuntan, «no ha sido la falta de equipos digitales sino la escasa preparación del profesorado y la organización de los centros para enseñar a distancia, obligados por las circunstancias». Esta es una de las principales conclusiones del informe «Covid-19: IvieExpress», que ha analizado cómo se ha desarrollado la docencia online a la que la pandemia obligó en todos los niveles educativos, cuando se decretó el confinamiento.
Según el documento, publicado ayer, que recoge datos del informe PISA, «el punto de partida en competencias digitales del profesorado, y en experiencias previas con el alumnado en el uso de las nuevas tecnologías en el centro, era muy débil». De hecho, uno de los datos que muestra es el del tiempo que los centros de Secundaria dedican a que el alumnado haga actividades con internet. En la Comunitat Valenciana, uno de cada cuatro (24,1 %) estudiantes de 15 años (4.º ESO en la mayoría de casos) no se conecta nunca a la red en su colegio, mientras que casi la mitad (48,6 %) lo hacen como mucho una hora al día, mientras que el 27,3 % se conecta más de 60 minutos diarios.
Esto, según el informe, crea «desigualdades» regionales, pues estas cifras contrastan con las del País Vasco y Cataluña, con el 47,7 y 43,3 % del alumnado que está acostumbrado a usar internet en las aulas más de una hora al día. De hecho, en este indicador, la Comunitat Valenciana está por debajo de la media de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que se queda en el 40,7 % del alumnado, y de España, con el 30,6 %.
Según el IVIE, este déficit en el uso de internet se da en todo tipo de centros, tanto públicos, como concertados o privados y en cualquier entorno socieconómico de las familias; y mientras el 72,5 % del alumnado no se había familiarizado en su centro con las plataformas digitales, el dato de aquellos que afirman no tener equipos digitales en casa desciende hasta el 10 %, según PISA. Por eso, desde el Ivie defienden que es mayor «el problema de la adaptación a un modelo de formación basado en las nuevas tecnologías, por no haber sido entrenados» que la brecha digital.
Asimismo, los autores del estudio, Francisco Pérez y Laura Hernández, creen que es «preocupante que más de la mitad del profesorado de Secundaria diga que carece de formación en el uso de equipamientos y aplicaciones TIC en los que apoyar la enseñanza».
Por esto, y en previsión a lo que pueda pasar en 2020-21, consideran que las soluciones pasan por «actuaciones formativas y organizativas en los centros para que las consecuencias educativas de la pandemia sean las estrictamente inevitables y no dependan de la capacidad e implicación del entorno familiar del alumno o de la dedicación extraordinaria de algunos profesores».
En esta línea, instan a los centros a realizar, antes de septiembre, una «autoevaluación de sus estrategias y capacidades digitales» y a elaborar un «protocolo simple de formación y actuación de su profesorado en la enseñanza no presencial, que deberían conocer las familias». Asimismo, consideran que la Administración también tendría que realizar un balance a inicio de curso, con el objetivo de mejorar el equipamiento, la formación y la organización, aunque detallan que los centros sí cuentan con medios suficientes.
