La ola de ampliación de las restricciones en torno al uso de la mascarilla que recorre España estos últimos días está llegando a la Comunitat Valenciana. Desde mediados de mayo, este elemento de protección debe portarse en la vía pública, en espacios al aire libre y en cualquier espacio cerrado siempre que no sea posible mantener la distancia de seguridad interpersonal. Sin embargo, ya son doce las autonomías que han optado por suprimir la coletilla a esta norma estrella de la pandemia. Andalucía, Aragón, Cataluña, Baleares, Extremadura, Asturias, Murcia, La Rioja, Cantabria, Euskadi, Galicia y Navarra han sustituido el «siempre que no sea posible mantener la distancia de seguridad» por un simple «siempre».

Por el momento, la regulación de la mascarilla no se ha modificado en la Comunitat Valenciana, pero ayer el president de la Generalitat, Ximo Puig, puso el debate encima de la mesa al admitir que el Consell está estudiando la implantación de esta medida y que se decidirá al respecto de forma inminente. Puig volvió a apelar a la «responsabilidad individual» de la población en el uso de la mascarilla, ya que «no puede haber un policía detrás de cada persona». Ese es el argumento que viene defendiendo la Generalitat desde el estallido de la fiebre de la mascarilla obligatoria, ya que entienden que siempre es más eficaz educar y concienciar que reprimir mediante sanciones y normativas. Igualmente, admiten que este es más un debate mediático que sanitario.

Flexibilizar el límite de aforos

Puig también recordó que la mascarilla ya es obligatoria en determinados espacios y situaciones, por lo que la polémica, en su opinión, «no es de mascarilla obligatoria sí o no, sino si se amplia la obligatoriedad en otro ámbitos», defendió desde Alicante, donde asistió a la presentación del programa de formación «42Alicante». «Vamos a tomar decisiones en los próximos días, tanto respecto a esta cuestión, como a otras que tienen que ver con los aforos», avanzó el líder del Consell. El president entiende que existe una demanda creciente sobre la flexibilización de aforos en algunos ámbitos -que no concretó-, que podría atenderse «si se admite obligatoriamente el uso de mascarilla». El socialista quiso mostrar su confianza en la responsabilidad de la sociedad valenciana ante una pandemia «que todavía está aquí» y recordó que el riesgo cero no existe.

Misma norma, dispar incidencia

Las normativas autonómicas para obligar a portar mascarilla en todo momento sin importar el contexto se han ido sucediendo desde hace justo una semana. Fue el jueves pasado cuando Cataluña adoptó esta medida ante la deriva que iba adquiriendo los múltiples brotes de Lleida, que finalmente derivó en un confinamiento perimetral de la comarca del Segrià. Al día siguiente se unió Baleares y otras varias anunciaron su intención de «estudiarlo». Pocos días después lo hacían oficial. Ayer fue Asturias, Euskadi se une hoy al club y mañana lo hará Navarra, que completa la docena.

Sin embargo, es complicado encontrar un patrón que haga comprender la adopción de esta medida. Si atendemos a la tasa de incidencia acumulada (casos positivos por cada 100.000 habitantes) en los últimos 14 días, esta oscila desde los 62,91 de Aragón -la autonomía más afectada- hasta el 0,68 de Asturias. De hecho, solo la primera y Cataluña superan la medida de la UE, en torno al 20.