La noticia del día, el anuncio de la obligatoriedad del uso de las mascarillas en toda la Comunitat Valenciana independientemente de si es posible guardar o no la distancia social, se coló ayer en la mayoría de conversaciones.

Este diario recabó diferentes testimonios y todos entienden que la prohibición decretada es lógica. De hecho la mayoría la veía venir ya desde hace días.

A Sergio, de València, la noticia le pilló junto a sus amigos en una despedida de soltero que había empezado por la mañana en los karts y que acabaría por la noche en una conocida zona de copas de la Marina de València.

Pasado el mediodía conocían ya la información, las redes sociales tienen esa ventaja, y aunque era un día de mucha fiesta para ellos todos estaban dispuestos a cumplir con la norma. Más complicado sería llevarla por la noche, aunque tenían mesa reservada en un local. «Estamos cumpliendo y vamos a llevar la mascarilla puesta excepto en el restaurante donde vamos a comer, sabemos que la tenemos que llevar tanto en la vía pública como en los establecimientos con presencia de personas», explicaba.

«Creo que es lógico que obliguen para frenar los contagios que se están produciendo pero lo peor es llevarla con este calor», añadía. Preguntado durante la comida aseguraba que en el local solo la llevaban los camareros, pero entendía que el resto no estaba obligado porque en ese momento estaba consumiendo.

Bautizo con 17 personas

Otro testimonio es el de Marta que ayer se había llevado a su familia a celebrar el bautizo de su recién nacido. Hace un mes que decidieron celebrar la ceremonia, cuando la situación de la pandemia se había tranquilizado, y cerraron la reserva en un restaurante. Pensaron que era el momento «porque retrasarlo unos meses tal como se está poniendo la situación igual era peor», señalaba ayer Marta.

Admite que existe cierto miedo a celebrar ahora encuentros multitudinarios por lo que decidieron convocar sólo a los familiares más cercanos, 17 en total. Ayer celebraban justo la ceremonia en el momento en que la consellera de Sanidad, Ana Barceló, anunciaba la obligatoriedad de portar la mascarilla. Marta también señala que era lo lógico y que es necesario para evitar nuevos contagios.

En las terrazas, a la hora de la comida era fácil encontrar a muchas personas con la mascarilla puesta. Empar, que comía en una terraza, señala que hay que responsabilizarse «desde el primer momento, porque vemos a muchas personas que no hacen uso de la mascarilla ni siquiera para entrar a un supermercado y no les dicen nada; por eso veo bien que obliguen».

«No sé si lo peor está por venir»

Fani también comía ayer en una terraza. Opina que lo más adecuado es que se obligue porque se estaba «produciendo cierta relajación entre las personas, estamos viendo que hay contagios en muchos sitios e igual lo peor aún no ha venido; me parece bien que obliguen y ya debería haberse adoptado la medida», añade.