La delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Gloria Calero, agradeció ayer a la directora general de la Guardia Civil, María Gámez, la rapidez en tomar la decisión de apartar de Paiporta al comandante que presuntamente profirió amenazas contra la alcaldesa, Isabel Martí, decisión que la máxima responsable del cuerpo adoptó solo un día después de que trascendiera la grabación en la que se le escuchaba recriminar a sus mandos subordinados por no haber cumplido su mandato de «ir a partirle las piernas», tal como publicó Levante-EMV.

En cumplimiento de esa orden, el comandante E. Aranda se incorporó ayer a su nuevo destino provisional en la Comandancia de València, sede de la jefatura provincial del instituto armado, aunque sus funciones no han trascendido. El cambio de destino vino dado por la crisis institucional provocada por esas afirmaciones, así como por el enfrentamiento desde hace dos años no solo con la alcaldesa de Paiporta, Isabel Martín, sino también con varios de sus subordinados, lo que ha provocado varias aperturas de expedientes contra Aranda y dos procesos judiciales que se siguen en los juzgados togados militares centrales 1 y 2, con sede en Madrid.

Calero realizó esas valoraciones al término de la reunión con la alcaldesa de Paiporta, quien pidió el encuentro tras hacerse públicas las grabaciones, en las que se escucha al comandante afirmar en una reunión de trabajo con una decena de mandos subordinados suyos que había pedido que «le partieran las piernas a la alcaldesa, pero no ha ido nadie». En otro momento aseguraba, tras la muerte de un recortador en los festejos taurinos de junio de 2018, que se había «perdido la oportunidad de haber ido y haberle partido la cara directamente».

Tal como avanzó este periódico el jueves pasado, el mismo día en que se publicaron las grabaciones, la directora general de la Guardia Civil ordenó la apertura de una investigación reservada contra el comandante para analizar el contenido de las frases y ver si le corresponde algún tipo de sanción, con lo que esa investigación se convertiría en el primer paso para abrir un expediente disciplinario. Esa información reservada será instruida por un teniente coronel o un coronel de la Zona (la jefatura de la Guardia Civil para toda la C. Valenciana), siguiendo instrucciones de Gámez.

Calero se mostró convencida de que esa investigación se agilizará para que «cuanto antes» se sepa en qué situación queda el oficial y precisó que sigue en activo porque «la justicia es garantista y no se le puede cesar antes de ser juzgado».

Por su parte, la alcaldesa ha agradecido de nuevo, como ya hiciera el viernes en declaraciones a este periódico, la «rápida respuesta» del instituto armado y que se haya dado el «primer paso» de trasladarlo a otro lugar, lo que constituye «un buen principio» para poder «restablecer» las relaciones institucionales con la Guardia Civil del municipio. «Una persona así no es merecedora de llevar el uniforme que viste», indicó a Efe la alcaldesa, quien añadió que le consta que muchos subordinados han «padecido ataques y el asedio de este comandante», y reivindicó que hasta su llegada al cuartel el trato era «muy cordial, incluso exquisito, con el anterior capitán».