El coronavirus impregna todas las previsiones desde hace meses. «No hay debate que no esté afectado por la covid-19, aseguró ayer el conseller de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad, Arcadi España. Tan profunda es la afección de la pandemia que «se ha producido un cambio de paradigma profundo», en palabras del conseller. «Antes las infraestructuras se construían como monumentos. Ahora hay que cambiar la perspectiva, porque el centro son las personas», defendió el máximo responsable autonómico de los transportes al inaugurar la mesa redonda «Hablemos de movilidad sostenible», organizada por Levante-EMV e Iberdrola.

De ahí que la política de transportes haya pasado de planificar infraestructuras a «un concepto de movilidad más amplio, como derecho de la ciudadanía». Porque el transporte, a juicio del conseller del ramo, «será clave para frenar la expansión del virus y ahora para superar la crisis económica». El reto de las administraciones y de los agentes sociales es, por tanto, garantizar «un transporte eficiente, más seguro, con integración tarifaria y mejora de las frecuencias». Además de promover los mecanismos para garantizar la sostenibilidad a través de «la bicicleta, los patinetes, las rutas a pie, el coche eléctrico o el tranvía» además de «racionalizar algunos usos sin satanizar a nadie». Aunque el conseller Arcadi España advirtió que «si en València 250.000 personas optaban antes de la pandemia optaban por el transporte público, si sólo 100.000 deciden pasarse al coche privado tendremos problemas contaminación y congestión. Para evitarlo, debemos usar el urbanismo táctico, para organizar el espacio público».

Para ello, la Generalitat ya trabaja en la «Estrategia de movilidad en la Comunitat Valenciana» que «se ha presentado en junio en las provincias de Alicante, València y Castelló» con nueve ejes principales: «garantizar la seguridad en el transporte público; apuesta por la bicicleta; mejorar la eficiencia de la red interurbana de autobuses; mantener la capacidad de transporte del servicio urbano; organizar el espacio público para facilitar la distancia social; y reducir la demanda de transporte en las horas punta y racionalizar el uso del vehículo privado».

La sociedad se enfrenta a tres desafíos, concluyó España. «La lucha contra el virus, el cambio climático y la creación de empleo. Y en esas tres cosas la movilidad tiene mucho que decir».