El PP de València cuenta las horas que faltan para su primer congreso provincial en ocho años. Un cónclave en el que la organización se juega su futuro y en el que Vicente Mompó será aclamado como nuevo presidente provincial con el espaldarazo del líder nacional, Pablo Casado, que desembarcará en el Palacio de Congresos el sábado, consciente de la importancia de reconquistar terreno en el antiguo granero de votos de los populares.

La organización se traza como objetivos prioritarios reenganchar a las bases y recuperar su fuerza en los municipios después de un largo periodo de interinidad en el que el partido ha caminado descabezado, lo que -junto a la pérdida de los principales gobiernos- ha favorecido la desmovilización.

Para conseguir ese propósito, el PP defiende una «revolución» de su proyecto, cuyas líneas maestras fueron desgranadas ayer por la presidenta del cónclave, Elena Bastidas, junto a los coordinadores de las tres ponencias que se expondrán en el congreso, guiadas por una estrategia común de moderación que conjuga el municipalismo y el «apego a la tierra y a la defensa de los intereses y la cultura valencianas».

El responsable de la ponencia social y hasta ahora presidente de la gestora, Juan Ramón Adsuara, reivindicó al PP como un partido de «centro reformista», mientras que el coordinador de la ponencia política, Víctor Soler, emplazó a la formación a erigirse en la fuerza «que mejor defiende los intereses de nuestra tierra y más se parece a la sociedad que aspiramos a defender» para «volver a hacer del PP un proyecto ganador y de futuro». La organización provincial quiere reconectar con los afiliados, dándoles voz a través de foros de participación e incentivando su implicación con un observatorio de formación que produzca «cuadros preparados para la gestión pública», junto al refuerzo de la estructura comarcal como enlace entre las bases y la dirección.

Segunda descentralización

La ponencia económica, defendida por el diputado Carlos Gil, incide en la necesidad de potenciar el equilibrio territorial entre la costa y e l interior -tanto en lo demográfico como en lo económico y en materia turística- con la reivindicación de una «segunda descentralización» que garantice un marco competencial adecuado a los ayuntamientos como ejes vertebradores de la provincia. La despoblación es otra de las cuestiones en las que más pone el foco la formación, con la apuesta por una red de ciudades intermedias que acerque los servicios públicos a todos los ciudadanos y actúe como anclaje de la población en el territorio.

En lo social, el PP plantea decálogos que abarcan sus principales demandas educativas y sanitarias y que complementan la ponencia del congreso regional de 2017.