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Cs se desmarca de la línea dura del PP y se acerca al pacto de recuperación

Bonig resta valor al acuerdo con agentes sociales y Puig replica: "Desde los gritos no salvaremos vidas"

Puig baja de la tribuna ante miembros del Consell y del grupo socialista, ayer. fernando bustamante

Ciudadanos continúa con su particular desescalada del albertriverismo. El Toni Cantó de ayer en las Corts se parece poco al del inicio de la legislatura que disputaba al PP el dominio del ariete contra el Consell de izquierdas. El contexto tras la pandemia es otro. La situación del partido en España tras el hundimiento del 10N también es otra. Ante lo visto ayer, un Ciudadanos más de centro que en el pasado parece más cerca de subirse a un acuerdo parlamentario para la recuperación de la Comunitat Valenciana.

En la sesión de control de ayer, tras el primer cruce de acusaciones entre diputados del PP y miembros del Consell, Cantó dio un toque de atención y lamentó el «espectáculo» de los grupos «batallando por el pasado». «Es penoso y me gustaría mirar al futuro y dar un ejemplo muy distinto a los valencianos», dijo.

La mañana circulaba por los carriles conocidos de la crispación y la polarización, y el portavoz naranja cambió el tono. Isabel Bonig (PP) acababa de restar valor al acuerdo del Ejecutivo con los agentes sociales y Cantó se felicitó tanto del pacto de los 27 en Europa como del valenciano. Está en su fase final el pacto de los grupos y el síndic (sin expresiones tan severas como las de días pasados: estamos fuera, llegaron a decir) cuestionaba los comienzos decepcionantes y las «obsesiones ideológicas» del Botànic para elogiar el carácter «centrado» de Ximo Puig, pedirle que «tutele» a los suyos y lanzarle un decálogo a modo de oferta final para un acuerdo. Parece lo más posible, aunque será el lunes cuando se vea la posición definitiva. «Si hacemos caso omiso de la sociedad civil, vamos a dar mal ejemplo y vamos a ahondar en la desafección», dijo.

Si Cs se suma a un consenso con PSPV, Compromís y Unides Podem, el dilema será para el PP: o estar con la amplia mayoría de los representantes de la sociedad valenciana o quedarse en el otro lado, junto a Vox.

Lo visto ayer no invita a pensar en un acuerdo que incluya a los populares. Bonig utilizó la huelga de los médicos residentes (MIR) para criticar la «nefasta» gestión del Consell, «mientras usted (Puig) yace plácidamente en las playas de Formentera». También cuestionó el acuerdo social por la reconstrucción (« res de profit, mucho anuncio y poca gestión») y acusó a los sindicatos de estar regados con subvenciones. Pero a continuación ofreció la mano del PP para blindar la sanidad pública y reformar la atención primaria. Habrá que ver qué línea se impone la semana próxima, si la más agresiva o la más moderada y conciliadora.

«Desde el catastrofismo y los gritos no salvaremos vidas», le contestó el jefe del Consell, que pidió a la líder del PP que reconsidere su planteamiento de confrontación. «Me parece grave su menosprecio a la sociedad civil, a empresarios y sindicatos. Les dice que son paniaguados».

El ambiente se caldeó aún más cuando Eva Ortiz (PP) insistió con las ayudas al valenciano y las empresas del hermano de Puig. El conseller Vicent Soler calificó a continuación al PP como «el partido más corrupto de la historia de España».

Cantó fue el encargado de cambiar el tono temporalmente, hasta que la ultraderecha volvió con el «pancatalanismo» y el «sectarismo» con la enseñanza concertada.

Mientras tanto, Compromís y PSPV escenificaron un baile de salón parlamentario. Fran Ferri recordó los últimos descubrimientos sobre el rey emérito criticando que la derecha avale el fraude fiscal, pero sin hacer mención a los socialistas, que no respaldaban pedir al Congreso que investigue al Juan Carlos I. Puig, por su parte, contestó con un alegato contra el fraude fiscal, pero sin mencionar la monarquía.

Y luego, cuando se votó la propuesta de Compromís para pedir investigar al emérito, no hubo sorpresa: el PSPV se abstuvo y no salió adelante.

En esa línea de subrayar las diferencias, la coalición apeló asimismo al diálogo del Consell con los MIR. La consellera, Ana Barceló (PSPV), negó después que haya habido ninguna coacción ante la huelga y aseguró que está «siempre» abierta al diálogo.

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