Pablo Casado agradeció a Maria José Catalá, la recien elegida presidenta del PP de València, su trabajo y la ungió como «la mujer que va a ser alcaldesa del cap i casal como merece una gran ciudad que ha asombrado al mundo, que merece un alcalde (sic) a su altura y lo va a tener muy pronto». No vaticinó el mismo futuro a la presidenta regional del PP, Isabel Bonig, a la que Casado mencionó como «la vecina del norte a la que le gusta la música de AC/DC, servir a su gente como alcaldesa o como consellera y ser azote de los 'ximoanuncios' y del pacto del Botànic que viene muy mal a esta tierra. Te agradezco tu trabajo. A Ximo [Puig] le vendría bien hacerte caso». Ni una mención, como hubiera sido lógico, a la «futura presidenta de la Generalitat», aseguró antes de comenzar a desgranar las propuestas populares para hacer frente a la crisis del coronavirus y la crisis económica, además de repasar varios temas de política nacional.

En clave valenciana, el máximo dirigente del PP defendió la necesidad de ampliar al puerto de València y apostar por el corredor mediterráneo frente a las «injerencias catalanas» en referencia a la petición del grupo parlamentario de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) en el Congreso de suspender el proceso de ampliación del Puerto de València para construir la nueva terminal de contenedores. Una «intromisión», defendió, que también se produjo en el corredor mediterráneo. «Fue el nacionalismo catalán el que impedía que el corredor mediterráneo recibiera fondos a nivel nacional». Al tiempo que reivindicaba al PP como el partido que «más ha impulsado» el AVE (obviando que durante años le negaron el pan y la sal) «trayéndolo a las tres provincias» (aunque en València fue el gobierno de Zapatero, el que lo hizo posible en 2010).

Por último, Vicent Mompó recordó a la exalcaldesa de València ya fallecida, Rita Barberá, «que colocó este partido en lo más alto» y junto a Casado recordó al expresidente de la Generalitat, Alberto Fabra, que sigue convaleciente de la covid-19.