Septiembre ya ha llegado a muchos hogares. Por una parte, es el septiembre de todos los años, el periodo que registra más divorcios y separaciones junto con el año nuevo.

«La experiencia que tenemos en el despacho es que los divorcios se han precipitado por los roces de la convivencia en parejas que ya estaban mal, como ocurre tras las vacaciones de verano o Navidad. El confinamiento hace que lo de septiembre se haya adelantado un poco», explica Lucía Rumbo, responsable de asuntos de Familia en el bufete Ferrer Pallás de Alicante. Según Rumbo, las consultas telefónicas que se producían conforme se alargaba el estado de alarma se han ido materializando en la reapertura. «En mi experiencia, accionan las parejas que ya estaban rotas y lo tenían claro. Se han terminado de decidir tras la convivencia», apunta la letrada.

«El confinamiento ha servido para que parejas que tenían una profunda crisis terminen de romper, igual que pasa en vacaciones de agosto o Navidad. Tengo una clienta en particular que me ha dicho: 'no aguantaría un segundo confinamiento con mi todavía marido'», añade la presidenta de la sección de Familia del Colegio de Abogados de Alicante. «Las parejas que están bien han resistido», aclara.

Falcó entrevé un perfil de pareja quebrada que da el paso hacia la ruptura. «Es una pareja no muy mayor, entre los 30 y los 40, con hijos pequeños, menores de 12», indica. Martínez, de otro lado, cree que la casuística que maneja es tan amplia que no se puede encontrar unos rasgos principales.

Informarse no es divorciarse

Por otra parte, en las crisis de pareja de la pandemia también influye el temido septiembre de 2020, el momento en que el efecto balsámico del verano y los ERTE desaparecen y entra en juego el batacazo económico. Martínez nota que las consultas para evaluar el divorcio que hubo en el confinamiento no siempre se transforman en una demanda.

«Hay clientes que, ante la situación de incertidumbre, se lo han pensado mejor y se lo han replanteado. Tenían intención de cesar el matrimonio, pero las dudas por la crisis económica influyen», apunta el directivo de la Aeafa. «Divorciarse al final es un cambio más en la vida y mucha gente se lo replantea. Están esperando a ver lo que pasa en septiembre», asegura este abogado matrimonialista valenciano.