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Mensaje de unidad del Botànic tras los coqueteos entre PSPV y Cs

Los partidos del Consell aparcan los factores desestabilizadores y cierran la comisión del pacto con un acuerdo para ampliar las vías de diálogo - El cónclave aflora asperezas sobre la visibilidad de los socios

Manuel Mata (PSPV), al centro, habla con Pilar Lima (Unides Podem), junto a Águeda Micó (Compromís), en la sede de los socialistas. f. bustamante

A toda pareja le puede venir bien, de vez en cuando, una sesión de terapia. Y en una relación poliamorosa como la que mantienen los partidos del Botànic, la simple decisión de sentarse para sincerarse y liberar tensiones puede macar la diferencia entre una crisis y un simple bache más en el camino. Eso es lo que intentaron hacer ayer PSPV, Compromís y Unides Podem con la convocatoria de la primera comisión de seguimiento del pacto de gobierno. Más de un año después de su firma en Alicante, toca readaptarlo a una coyuntura que nada tiene que ver, con una pandemia que copa todas las agendas, una crisis en ciernes y un Gobierno Central en el que conviven dos de los socios del Consell.

Existía el peligro de que el encuentro se convirtiera en un cruce de reproches poco edificante por los desencuentros -que no han sido pocos- surgidos en los últimos 365 días entre las tres patas del Botànic, sobre todo después de los toques de atención de Compromís y Podem a Puig por el acercamiento de los socialistas a Ciudadanos (Cs), con pactos en algunos municipios. Este asunto, sin embargo, ni siquiera se abordó, y su trascendencia fue minimizada por los socios. Aunque no faltaron las recriminaciones y las desavenencias impregnaron buena parte del cónclave, la cita terminó -en torno a las diez y media de la noche, tras tres horas de debate- con un mensaje de unidad compartido por todos y un acuerdo para intensificar el diálogo y hacerlo más fluido, en virtud del cual habrá otra comisión seguimiento en septiembre. Aparcando los factores desestabilizadores y el conflicto en un momento en el que han de imperar los consensos, el tripartito cerró filas y pactó un comunicado sin novedades que pone el foco en el frente común articulado para combatir las consecuencias de la crisis mediante una serie de acuerdos de reconstrucción.

«Ahora mismo el Botànic II está más vivo que nunca». La frase la dijo la coportavoz de Compromís, Águeda Micó, antes de la reunión, pero fue secundada por sus socios. Micó llamó a dar más importancia al fondo que a la forma para salvaguardar el pacto y pidió una calenderización de las reuniones que fue atendida. Durante la cita también se exteriorizó, desde las filas de Compromís, cierto malestar por la falta de visibilidad de las políticas impulsadas por sus conselleries frente a la que tienen el president Puig y los socialistas.

Pero la discusión sobre la gestión de la Covid y los criterios para priorizar el reparto de fondos y las ayudas europeas dominó la cita. Las tres patas del Consell coincidieron en la necesidad de seguir reivindicando la mejora de la financiación y de reforzar las políticas sociales, aprovechando la nueva coyuntura europea para favorecer una salida de la crisis antagónica a la promovida en 2008 que, en buena medida, condicionará el futuro del gobierno. «No podemos fracasar», resumió Manuel Mata, que pidió a los integrantes del Botànic que reivindiquen «con orgullo» las políticas del gobierno autonómico y que respalden la hoja de ruta del Ejecutivo de Pedro Sánchez, con el que Compromís ha exprimido sus desencuentros en los últimos meses.

Pila Lima, coordinadora de Unides Podem, transmitió la buena sintonía con sus socios, pero puso deberes para adaptar el acuerdo del Botànic al postcovid y salir fortalecidosa, al reclamar cambios en el modelo productivo o el desbloqueo de la reversión de los hospitales. En septiembre, más.

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