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Aguas residuales

La inversión en depuradoras sigue en mínimos históricos desde 2015

El dinero destinado a las obras en saneamiento se duplica en 2019 respecto al año anterior pero la Entidad Pública de Aguas Residuales sigue con el bajo nivel de ejecución desde que gobierna el Botànic

La inversión en depuradoras sigue en mínimos históricos desde 2015

La inversión de la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales (Epsar) lleva estancada un lustro. Aunque en 2019 se duplicó el volumen de obra respecto al ejercicio anterior, es el propio organismo quien esgrime que no ha podido llevar a cabo más actuaciones «al no disponer de una cartera de proyectos que cuenten con todas las autorizaciones necesarias para iniciar su licitación». El coste total ejecutado asciende a 8,3 millones de euros frente a los 4 millones de 2018. Un aumento pese a todo muy pobre. Desde 2015, con la llegada del Botànic a la Generalitat, la Epsar solo ha destinado 25 millones a mejoras y nuevas instalaciones. Mínimos históricos pese a las reiteradas promesas del Consell de apostar por el saneamiento y la reutilización de aguas tratadas.

El importe de adjudicaciones pendientes asciende a 8,2 millones.

La baja ejecución presupuestaria se remonta a 2015, cuando la Epsar diseñó 112,35 millones para obras. Finalmente se gastaron solo 37,7 millones, un 33,5 % de lo previsto. En 2016 se anunció una inversión récord de 164,21 millones de euros, que contemplaban 149,23 para el inicio de obras y 14,98 para finalizar las que ya en marcha. Sin embargo, de los 49 millones anunciados solo se ejecutaron 9,89 millones, un 20,18 %.

La tendencia a la baza se acentúa en 2017 cuando se vuelve a hablar de una inversión de 147,31 millones de los que 8,56 procedían de anteriores anualidades, de los cuales 43,51 serían para las nuevas obras comenzadas en el ejercicio y 96,65 para proyectos «en fase muy avanzada». Finalmente, la entidad redujo su presupuesto a 19,44 millones y ejecutó solo 3,27 millones, un 16,8 %. Para 2019, la Epsar adelantó en el Consejo de Participación que iba a llevar adelante una inversión récord de 234,66 millones. Solos se concretaron nueve finalmente.

Instalaciones desfasadas

Muchas instalaciones, mientras, se han ido quedando desfasadas como admitía la Epsar en las últimas memorias de gestión, donde se incidía en «la necesidad de reponer equipos, reparar instalaciones y adecuar las mismas a nuevos requerimientos ambientales». Y algunas inversiones en obra nueva como la EDAR de Almoradí, con 121 millones, o la construcción de estación de Cheste-Chiva, con 25 millones, dependen del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder), con plazos que se han de cumplir a riesgo a perder esas ayudas de la Unión Europea.

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