Ni a Vicente ni a Esther les salen los números. Ya no les salían cuando sumaban unos ingresos de 1.044,30 euros al mes (los 648,70 de él más los 395,60 de ella), así que es imposible que les salgan cuando, entre los dos, sumen 747,60 euros. Si consiguen pagar el alquiler (450 euros), tendrán que abonar el agua, la luz, el gas, los medicamentos, el autobús (aunque «sea para ir al médico») y la comida con 297,6 euros. Y por más vueltas que le dan... los números no salen. Y eso que en esta casa no hay caprichos, ni extras.

Cinco meses de espera

Sus rostros muestran preocupación porque, para más «inri», han intentado acudir a los Servicios Sociales municipales de su barrio (la Malva-rosa) y la cita que tienen concedida para una visita, que evalúe su caso, les explique lo que ha ocurrido y si tienen derecho o no a alguna otra prestación que les ayude es para el 23 de diciembre. De verano a Navidad. «Somos mayores, estamos enfermos y ni nos podemos alimentar bien ni podemos comprar algunos medicamentos. Vivimos en una agonía constante, mirando el céntimo... avergonzados por no poder pagar el alquiler», explican.

Desde la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas instaron a la pareja a acudir a la dirección territorial y solicitar «la complementaria de prestaciones» de la Renta Valenciana de Inclusión.