El Col·lectiu Terra Crítica se constituyó una tarde, hace mas de veinte años, en la casa de Trini Simó, en una reunión informal en que nos propusimos dar continuidad a reflexiones teóricas y dar apoyo a tantas gentes en acción para conseguir una sociedad que viva en simbiosis con el planeta. Recordamos esa reunión porque puede dar idea de la personalidad de Trini: estudiosa, profesora durante muchos años en la Escuela de Arquitectura, y activista, impulsora e implicada en diversos movimientos sociales. Hablamos de ese episodio, pero Trini llevaba ya muchos años activa.

Sus aportaciones a la historia de la arquitectura de la ciudad de València han sido cruciales en muchos sentidos. Desde su primer libro, «La arquitectura de la renovación urbana en Valencia» (1973), al que siguieron otros libros, guías y monografías, la suya ha sido una obra de rescate del patrimonio (por ejemplo, el modernismo popular del Cabanyal). Rigor y voluntad fueron constantes de su trabajo intelectual. Y sus opiniones han sido importantes para el devenir urbano de nuestra ciudad. En 1974, Trini fue una de las personalidades impulsoras del movimiento ciudadano «El Saler per al poble» que consiguió evitar la destrucción completa de la Devesa. E inmediatamente después se implicó en el que pretendía suprimir el proyecto de autopistas en el cauce viejo del rio y logró su conversión en el Jardín del Turia que hoy vertebra la ciudad.

A principios de los ochenta estuvo en las primeras luchas de defensa de la Huerta. Fue una de las fundadoras de «Salvem el Botànic». Apoyó con su presencia y sus escritos el combate por impedir la destrucción de la trama del Cabanyal. Trini estaba donde hacía falta en defensa del medio ambiente, de los árboles, de los espacios públicos, de las vidas atropelladas por unos crecimientos urbanísticos injustificables y voraces.

Trini era mujer. Esa condición fue el otro gran eje de su actividad, implicándose en la militancia feminista. Fue sobre todo independiente en sus decisiones de vida, rebelde respecto a las convenciones que ahogan a las personas de su sexo. Luchó por la liberación de la mujer desde su juventud, siendo fundadora de la Asociación de Mujeres Universitarias. Su dimensión feminista era una actitud tranquila, perfectamente reconocible para quienes la tratamos.

Trini ha sido para nosotros un referente y una persona entrañable de criterios lúcidos y ecuánimes. Le gustaba escribir artículos para participar en los debates sociales y ciudadanos, e incidir en una opinión pública que frecuentemente consideraba desnortada. Su marcha nos pilla en la dispersión de la canícula del agosto de la pandemia, y nos impide compartir la tristeza con abrazos. Sin retórica: nos quedamos huérfanos, seguiremos su ejemplo.