El acuerdo para la reconstrucción social, económica y sanitaria de la Comunitat Valenciana saldrá adelante también en el Parlamento valenciano. Es el mayor pacto del primer año de legislatura y apunta a uno de los grandes logros de estos cuatro años. Tras la rúbrica del acuerdo social y del institucional, firmados en los últimos días, también hay fumata blanca en las Corts. Una entente de cinco partidos, la mayor que se recuerda en la Cámara valenciana, para fijar una hoja de ruta que sirva al Consell de guía para salir de la crisis.

Los firmantes, PSPV, Compromís, Unides Podem, PP y Ciudadanos, suman 89 de los 99 diputados en las Corts. Solo la ultraderecha se queda fuera, algo que incluso la izquierda agradece porque la arrincona y evidencia que el papel de Vox únicamente pasa por torpedear las posibles soluciones.

El acuerdo no se vio ayer en el pleno. Del debate salió que el pacto no estaba aún cerrado, aunque sí encarrilado. Se oficializó después y se rubricará en la votación prevista para el próximo jueves.

Todos ceden. Realmente el texto no acaba de gustar a nadie, lo que evidencia la dificultad de que posiciones tan alejadas como las de PP o Cs frente a las de Compromís o Podem se acerquen.

Pero el texto es, en algunos puntos, lo suficiente ambiguo para que nadie ponga reparos. «Ninguno de nosotros puede tener toda la razón», resumió el síndic socialista, Manolo Mata en la tribuna. La negociación llevaba días encallada en la colaboración público-privada en materia sanitaria, después de semanas en las que se había limado cada palabra.

La izquierda insistía en incluir la reversión de los departamentos privatizados que quedan por rescatar. Una palabra, externalización o privatización, impedía la fumata blanca. Al final todos quedan más o menos satisfechos. Y el párrafo polémico dice: «Recuperar l a gestión pública de los servicios sanitarios (resonancias magnéticas, diálisis...) y departamentos, bajo las condiciones de seguridad jurídica, viabilidad organizativa y calidad del servicio, tanto para la ciudadanía como para los trabajadores de las concesiones, sin perjuicio del uso de las externalizaciones, si fuera necesario, dentro de los criterios recogidos en la ley de contratos del sector público».

Mientras, el capítulo de la reforma tributaria que en el dictamen del Botànic incluía la posibilidad de crear nuevos impuestos y gravar a las grandes fortunas también se ve rebajado para salvar el acuerdo. Desaparecen esas dos menciones y se acuerda la necesidad de una revisión del marco normativo fiscal pero siempre desde los preceptos constitucionales y las conclusiones que elaboren tanto el comité de expertos fiscales como el Observatorio Fiscal de la Comunitat Valenciana.

El 80 % de lo que pedía Cs

PP y Cs también ceden porque no se incluye una bajada de impuestos como ambos defienden. Sí aparece el impulso a las políticas fiscales verdes dirigidas a una transición ecológica justa (el llamado New Green Deal) pero sin más detalles y dentro de los parámetros que adopte la Unión Europea. El nuevo texto que se aprobará el jueves incorpora el 80 por ciento de las propuestas presentadas por Ciudadanos, según destacaban ayer en el Botànic, donde daban la bienvenida al PP a la reversión de las concesiones sanitarias, lo que sí aparece en el documento.

Mientras, el partido de Isabel Bonig destacaba la inclusión de la colaboración público privada en servicios sociales y sanidad, el reconocimiento a las víctimas que tendrán un homenaje o que el Consell se obligue a dar cuenta de los gastos del fondo no reembolsable por escrito y en sede parlamentaria, así como una mejor fiscalidad para empresas y pymes y más fondos para autónomos o estirar las subvenciones a trabajadores en ERTE. En Ciudadanos ponen el foco en que fueron el primer partido en defender un pacto de reconstrucción y celebran que el resto de grupos lo haya entendido.

Destacan que el Consell no podrá crear nuevos impuestos o la inclusión de la colaboración público-privada en la gestión de servicios públicos. Cantó señala que lo importante es que Cs ha conseguido atraer al PSPV al centro «y alejarlo del populismo de Podemos y el nacionalismo de Compromís», mientras que el PP «a última hora como los malos estudiantes y con aprobado raspado ha entendido también la necesidad del pacto».

Mata dijo que la ira y el enfado no conducen a ningún sitio, Compromís asegura que la receta es prudencia y humildad porque no existe ningún plan infalible y Podem ve claro que la austeridad y la ortodoxia capitalista no es el camino y sí los consensos en nuevas políticas sociales y valientes.