En plena polémica sobre cuánto han aprendido las autoridades tras la primera ola de covid para prevenir y mitigar el impacto de la segunda en España, un prestigioso grupo de científicos publicó ayer en The Lancet una carta, adelantada por Levante-EMV, exigiendo una «evaluación independiente» a la gestión del Gobierno central y de las autonomías.
«No hay tradición» de llevar a cabo investigaciones de este tipo en España, lamentaba ayer Carlos Álvarez-Dardet, una de las 20 importantes personalidades del mundo científico que firmaron la petición y catedrático de Salud Pública en la Universidad de Alicante.
El experto pone el ejemplo de las comisiones parlamentarias que se repiten en el Congreso y cuyas conclusiones «no aclaran nada». Sin embargo, el objetivo de este grupo de la elite científica es esa «evaluación independiente» y apolítica. «Es la única manera de extraer información útil de cara al futuro, la única forma de aprender de cara a una segunda ola», sostenía ayer Álvarez-Dardet en declaraciones a este periódico.
El catedrático remarca que esa auditoría «no busca saber quién es culpable sino prevenir mejor conociendo los errores cometidos». «No es cuestión de si me pongo la camiseta de Fernando Simón o no», ironiza. Sobre el debate en torno a si España se encuentra ya en una segunda ola de covid, el científico entiende que no.
Eso sí, alerta de que si se quiere tener esta evaluación independiente terminada a tiempo y que sea útil a corto plazo, hay que agilizar los tiempos y ponerla en marcha ya. «Si yo fuera (Salvador) Illa -ministro de Sanidad-, estaría pensando ya a quién se la encargo». En la misiva publicada ayer en una de las revistas científicas de referencia, el grupo apunta también a la precarización del sistema sanitario público español en los últimos tiempos como una de las razones del fuerte impacto del virus en el país. Y advierte de cara al futuro: «la atención primaria está muy quemada», dice Álvarez-Dardet.
La herencia recibida
«Se ha debilitado la Sanidad de una forma salvaje», critica. Y lo sitúa en unos ámbitos clave: «Rajoy no recortó en los hospitales sino en la atención primaria y en Salud Pública, que precisamente era la que contaba ya de por sí con un menor presupuesto». Por ese «intento deliberado de cargarse la sanidad pública», defiende, «el Gobierno tuvo que cerrar todo el país». En cuanto al futuro, se muestra un tanto más optimista. «No creo que sean tan burros de recortar en Sanidad», aventura.
