La nueva medida de la Conselleria de Sanidad que entrará en vigor hoy ha generado, una vez más, malestar en el sector de la hostelería y el ocio nocturno. Se sienten en el centro de la diana y día tras día, sienten que se les ha hecho responsables de la propagación de la covid-19. Las restricciones que ayer anunció la consellera Ana Barceló afectan únicamente a la ciudad de València, que acumula 63 de los 180 brotes de coronavirus. Estas medidas impactan contra los intereses de un sector gravemente dañado por la pandemia y aunque la disposición para cumplirlas es «total», las críticas no son pocas.

En la Federación de Ocio, Turismo y Juego (Fotur), su presidente, Víctor Pérez, lamentó haberse enterado por Levante-EMV de las intenciones de Sanidad. No ha habido un debate o diálogo anterior a decretar el límite horario para cerrar a la 1.30 los bares, restaurantes y discotecas, una restricción que supone «el cierre de toda discoteca, las pocas que habían decidido abrir, que no serían en València más que tres o cuatro y a un tercio de su aforo», señaló, y recordó que «nadie va a una discoteca antes de la 1.30 de la madrugada».

Visiblemente molesto, Pérez argumentó que el virus está circulando las 24 horas del día «y no sale solamente de noche», por lo que no comprende que se les señale insistentemente como responsables de la propagación. «Si la solución fuera cerrar nuestras instalaciones, lo haríamos sin problema, como hicimos en marzo anticipándonos a cualquier otra autonomía, pero no lo es».

Además, Pérez advirtió de que el límite horario y de personas en una reunión desde hoy y durante dos semanas únicamente -por ahora- en la ciudad de València, supondrá un éxodo a los municipios vecinos, por lo que no se va a frenar la expansión del coronavirus.

Las previsiones de Fotur son dramáticas para el sector: dos de cada tres pymes del ocio desaparecerán en septiembre, y alertó de lo que eso supondrá. Es decir, según Pérez, el sector del ocio nocturno no solo genera empleo en camareros y camareras, seguridad o Djs, sino que implica a otros muchos como el taxi, el sector de la moda o el de belleza.

Las discotecas y los locales y pubs se verán afectados por la restricción horaria pero también por la limitación de personas en una reunión: 10 como máximo en un entorno público y 15 en el privado. A estas últimas actividades es a donde apunta Manuel Espinar, presidente de la Federación Empresarial de Hostelería de València (FEHV). Siente que están pagando «justos por pecadores» ya que, según señaló, el 48 % de los brotes se han originado en encuentros familiares y en botellones organizados por los jóvenes. «Ahí es donde deberían centrarse, en las fiestas privadas», indicó, porque en la hostelería asegura que se están cumpliendo todos los protocolos sanitarios de manera escrupulosa y «no hay propagación por nuestra parte».

Pese a todo, Espinar también insistió en que la solidaridad de la hostelería es total y se cumplirá con todas las medidas que decrete la Conselleria de Sanidad y estarán por la labor de cumplir con todo aquello que minimice el impacto del virus en la sociedad.

Como ellos, la Coordinadora de la Hostelería de los Barrios de València pidió un «plan de rescate» ante las nuevas medidas restrictivas implantadas que, a su juicio, «hacen imposible la actividad de las empresas». «No nos pueden dejar abandonados si no quieren provocar la ruina de más de 6.000 empresas y de 35.000 trabajadores del sector del ocio y la hostelería», señalaron en un comunicado.

Por ello, reclamaron «la Constitución con carácter urgente de un grupo de trabajo que aúne las competencias de Sanidad, Justicia, Turismo y Economía».

Mientras, el alcalde de València no tardó en salir al paso de las nuevas medidas que afectarán únicamente a la ciudad. Joan Ribó las considera «imprescindibles» y reconoció haber sido conocedor de ellas ayer por la mañana, a diferencia de los sectores afectados, a los que no se les avisó, según explicaron a este diario.

Ribó apreció especialmente las restricciones al ocio y a la hostelería así como los encuentros privados para frenar la pandemia porque «la responsabilidad ciudadana es imprescindible, pero también la actuación rápida y eficaz de las Administraciones».