La campaña de vacunación en la Comunidad Valenciana se adelantará al mes de octubre, según fuentes de Salud Pública. Esta decisión supone en cualquier caso un adelanto con respecto al pasado 2019, pues entonces comenzó el 4 de noviembre, cuando nadie sabía aún qué era el covid. El objetivo es evitar confundir una enfermedad y la otra y reducir el número de hospitalizaciones.

Las circunstancias han cambiado y, pese a las reticencias de parte de la comunidad sanitaria, que considera que el virus estacional llegará con mucha posterioridad a esta fecha, principalmente por las altas temperaturas que se mantienen prácticamente hasta final de año en la Comunitat, lo que puede dar lugar a que el virus mute y la vacuna no sea tan efectiva, la decisión ya está tomada. Con un adelanto de cuatro semanas, se confía en que no sea necesario revacunar cuando el efecto de la profilaxis se haya pasado si la gripe llega muy tarde este otoño-invierno.

A mediados del pasado mes de junio, en una reunión dominical y telemática de los presidentes autonómicos con el de Gobierno, Ximo Puig le hizo ver a Pedro Sánchez la necesidad de reducir al máximo este próximo otoño el número de enfermos de gripe para evitar que se confundan con los del covid. Nada más se ha vuelto a saber de ello ni si se tomó alguna decisión al respecto, pero la Conselleria de Sanidad lleva semanas pensando cuál es la mejor fecha de adelanto y viendo de dónde se puede nutrir de suficientes vacunas para llegar al mayor número de población. El pasado año fueron 800.000 dosis y el objetivo es superar el millón en la Comunitat.

Salud Pública va a comenzar la campaña antes, dirigida a más ciudadanos y, lo que también es importante, aumentando el número de vacunados entre dos de los principales grupos de riesgo: el del personal sanitario y el de los mayores de 64 años. Y lo hace por motivos muy distintos.

En el primero, el de los sanitarios, para evitar que los síntomas de una gripe terminen confinando a muchos profesionales hasta que se descarte que se trata de un caso de coronavirus, lo que supone un periodo de, al menos, diez días de confinamiento preventivo, que es el periodo medio de la enfermedad sin que dé «la cara» si se está incubando. Pensar que la gripe puede tener a decenas o centenares de profesionales sanitarios en toda la comunidad de baja por falsos covid, coincidiendo con un posible repunte de la enfermedad, tal y como se pronostica desde todos los organismos públicos que pasará este otoño, es algo que la Conselleria quiere impedir a toda costa. Hay otra circunstancia importante y es que, estadísticamente, los sanitarios no son un grupo que, habitualmente, destaque por vacunarse de forma masiva contra la gripe. Según datos de Sanidad, el 60 % de profesionales sanitarios se vacuna. Ahora se quiere llegar a ese 40 % que, por un motivo u otro, opta por no aplicarse la profilaxis.

El segundo, el de los mayores, es para evitar los ingresos hospitalarios del que está considerado el gran grupo de riesgo y donde se han detectado la mayoría de fallecidos. Y, dentro de esta población, la de los geriátricos. La Conselleria de Sanidad tiene previsto vacunar a todos los usuarios y también del personal que trabaja en las instalaciones. En otoño e invierno, los ingresos de personas mayores por causa de la gripe supone la utilización de muchas camas. Ahora se quiere reducir al máximo esta cifra para destinarla a los enfermos de covid, evitando al mismo tiempo que el sistema pueda colapsar, pese a los esfuerzos que se están haciendo para tener todo listo y a tiempo.

¿Dónde?

Según los datos estadísticos, algo más del 55 % de los mayores de 65 años se dirige a su centro de salud cada año para vacunarse. Ahora, con los problemas que hay para acudir, Salud Pública tendrá que resolver cómo procede a estas vacunaciones, sin que se descarte sistemas similares, de seguridad sanitaria, a los que realiza el persona con los PCR. En cualquier caso, la conselleria es consciente de que muchos mayores aprovechan visitas al médico para vacunarse, posibilidad ahora de consultas sustituidas por la llamada telefónica. Y esto es un problema si lo que se quiere es vacunar de forma masiva.