Los contratos en el ámbito de la hostelería se redujeron de manera significativa en julio en la Comunitat Valenciana respecto a hace un año y se firmaron 27.139, cuando en julio de 2019 el número ascendió a 47.351. Es similar tendencia a la registrada en el conjunto nacional, ya que en julio se firmaron 233.752 contratos, que no llega a la mitad de los suscritos en 2019 (486.151), según los datos publicados por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE).

Por provincias, el descenso más acusado en la contratación en el mes de julio lo registra Valencia, con un 47 % menos que el mismo mes de 2019 (9.958 contratos frente a 18.891); seguido de Alicante, con un 43,7 % inferior (11.856 este año, 21.057 en julio del año pasado); y Castellón, donde la contratación se ha resentido menos, un 28 % (5.325 frente a 7.403).

Las restricciones impuestas por la pandemia han ocasionado una importante reducción en el número de turistas y usuarios del ocio, tanto en los establecimientos de restauración como en los hoteles.

El poder adquisitivo de los ciudadanos ha ido mermando como consecuencia de los efectos de la pandemia (regulaciones temporales de empleo, reducciones de jornada) y la capacidad de gasto fuera del hogar se ha reducido. Son los hosteleros los primeros que han sentido ese descenso, según afirma al presidente de la Confederación Empresarial de Hostelería y Turismo de la Comunidad Valenciana (Conhostur), Manuel Espinar.

Con el paso de las semanas se ha ido perdiendo la «efervescencia» que se vivió la primera quincena de junio por las ganas de verse en una terraza con los amigos y la segunda mitad de julio ha sido «muy desastrosa» y solo se ha trabajado los fines de semana.

En el mes de julio abrió el 80 % de los locales de hostelería de la Comunitat Valenciana y más del 90 % «está yendo a pérdidas», y las expectativas son pesimistas ante la ausencia de turistas y la continuidad del teletrabajo.

«Somos un sector estratégico para la economía de la Comunidad Valenciana, necesitamos ayuda por todos los sitios», clama Espinar, que pide exoneraciones «en todo tipo de impuestos» y ayudas desde la administración central, autonómica y local dado que «toda piedra hace pared».

Para Espinar, sería «una verdadera catástrofe» un cierre de entre el 15 y el 20 % de los locales de hostelería de la Comunitat -hay 33.000-, ya que supondría la pérdida de 80.000 puestos de trabajo.