España afronta en las últimas jornadas sus peores datos desde el fin de la alarma, algo que ha provocado la aplicación de numerosas medidas para detener los contagios. Sin embargo, el territorio nacional no es el único que ha decidido actuar ante los rebrotes. El mejor ejemplo ha sido Italia, país que aunque en una mejor situación del virus -este martes confirmaba 403 casos- ha decidido en los últimos días poner coto a las discotecas y otros espacios de ocio nocturno en paralelo a una mayor aplicación de medidas de protección, como el uso de las mascarillas durante la mitad del día -de seis de la tarde a seis de la mañana- en las terrazas de los restaurantes o en los parques y plazas, sin olvidar el auge de las restricciones en los viajeros llegados de otros puntos como Grecia o España.

Mientras Francia, con 2.238 positivos este martes, es otro de los territorios donde los casos siguen al alza. Varias zonas del territorio, como París o Marsella, ya han sido delimitadas como «zonas rojas», algo que habilita el establecimiento de restricciones más duras para controlar la pandemia, así como la aplicación de medidas de protección. En esta línea, este martes el Gobierno francés decidía imponer el uso de la mascarilla en los centros de trabajo, salvo en contadas excepciones, como los espacios individuales, y que sean las empresas las que paguen ese equipamiento de protección.

Por otro lado, las autoridades sanitarias alemanas contabilizaron ayer 1.390 nuevos contagios por coronavirus en las últimas 24 horas, una cifra ante la que la canciller alemana, Angela Merkel, advertía que no cumplir las normas para contener el coronavirus no equivale a un «delito menor», mostrando en paralelo su aprobación a la imposición de multas si, por ejemplo, no se usa mascarillas en el transporte público.