Una pareja valenciana que pasaba sus vacaciones en el norte de España tenía que llegar en coche de Liébana al collado de Pandébano, para subir luego andando a la Vega de Urriellu. Y aunque las indicaciones que habían recibido verbalmente eran otras, ellos decidieron hacer caso a su GPS. Al final, acabaron paseando por zonas restringidas del parque nacional de los Picos de Europa con un Renault Mégane ante la mirada anonadada de decenas de montañeros que transitaban por la zona caminando.

El domingo salieron de la comarca de Iebaniega. Habían contactado con un guía que les indicó la ruta hasta la pista de Pandébano, donde se inicia la ruta al Urriellu. «No sabemos dónde estamos», dijeron llamando al guía. La realidad es que no habían seguido las indicaciones. En un momento vieron la indicación de prohibido el paso a vehículos ajenos, pero ellos, fieles al GPS, continuaron por el camino hacia delante. Al final, lograron llegar, despacio y con tiento, hasta el refugio de Ándara, donde les prestaron la ayuda para salir del atolladero en el que se habían metido.