Benimassot es un municipio alicantino encaramado en la sierra de la Almudaina conocido como «el balcó de la Serrella» por su privilegiada situación y las preciosas vistas que domina sobre el valle de Seta. Situado en el extremo sudoriental de la comarca de El Comtat, el término municipal limita con las localidades de Balones, Quatretondeta, Tollos, y Fageca, y los municipios de Planes y la Vall d'Alcalà pertenecientes a la Marina Alta.
De origen musulmán, Benimassot fue fundada como una alquería islámica por los almohades a principios del siglo XII. Su nombre proviene de los vocablos árabes «beni» (de la familia) y «massud», apellido árabe que se muestra en el escudo heráldico de este municipio que tras la reconquista de Jaime I y siguiendo su vasallaje, se convirtió en refugio de numerosos moriscos que huían de otras partes del territorio.Referencias paisajísticas e históricas de Benimassot
Con una superficie de 9,5 km² Benimassot posee un clima mediterráneo con rasgos de continentalidad debido a su altitud, de 730 metros sobre el nivel del mar, con veranos calurosos e inviernos fríos que presentan algunos episodios de heladas. Un entorno natural configurado por parajes de gran valor paisajístico que invita a realizar interesantes excursiones a puntos geográficos elevados y contemplar conocidas formaciones rocosas como: els Frares; el Penyó de Cantacuc; el Tossal del Rei; el Tossal Blanc, donde se encuentran los restos de una antigua torre vigía y una antigua almazara íbera picada en una roca calcárea que servía para la obtención de aceite o de vino; o les Covetes Roges y el abrigo de L'Esmoladora, donde se han encontrado pinturas rupestres del arte levantino, macro esquemático y esquemático declaradas bienes de Interés Cultural en el año 1985. Sobresale también el área recreativa del Molí, junto al río, en la carretera de Tollos; y el área recreativa de la Font de Frau, al pie de la Sierra de Almudaina.
Dos esculturas íberas halladas en 1986, el Toro y la Dama, son testimonios del conjunto de restos encontrados en la Vall de Seta, lo que evidencia la existencia de un asentamiento próspero en este territorio. Estos vestigios se hayan hoy en el Museo Arqueológico de Alcoi, uno de los más interesantes de la provincia de Alicante.
Benimassot llegó a ser uno de los municipios más ricos del valle, localidad donde tuvo lugar el robo más singular acontecido en la comarca de El Comtat, en el que unos bandoleros asaltaron la iglesia y atracaron a sus vecinos en el año 1874. Una historia documentada por el historiador olivense Manel Arcos en su libro El robo de Benimassot. Hoy, esta zona es una de las menos pobladas de las comarcas centrales de la Comunitat Valenciana, la cual se encuentra en proceso de despoblación desde hace décadas.Benimassot hoy, despoblación en la Montaña Alicantina
Con una población de 106 habitantes (INE, 2019), cifra que representa un tercio de los vecinos que residían a principios del siglo XX en el municipio, Benimassot centra su actividad económica en la agricultura como el resto de pueblos del valle, con cultivos de secano y árboles frutales. Destacan los almendros y olivos, que se disponen en bancales que llegan hasta el fondo del valle y que durante décadas hicieron de Benimassot una población rica. Llama la atención al visitante la disposición del paisaje abancalado, modalidad de adaptación y de ocupación del territorio para beneficio de las explotaciones agrícolas.
Benimassot es hoy una localidad comprometida con la ecología y el medio ambiente. Su Ayuntamiento está realizando proyectos para la recuperación de zonas de interés general como fuentes, restos arqueológicos y sendas para dinamizar la economía del municipio con el aumento del turismo que está experimentando gracias a la apertura del hotel rural Valhalla. Destaca la ruta circular PR-CV 168, con salida y llegada en Benimassot, que recorre el Barranc de Malafi, Plà de Petracos y Castell de Castells.
Casco urbano: un pueblo de montaña mediterránea
Situado sobre la ladera de una montaña, Benimassot está configurado por típicas calles blancas, de trazado árabe (estrechas, sinuosas), empinadas y en donde son habituales los balcones adornados de flores. Con este aspecto fruto de la combinación entre lo rural y el colorido, el pueblo dispone de diferentes atractivos como el Trinquete adornado con azulejos que muestran los escudos que forman el valle de la Seta. De sus monumentos, destaca la iglesia de la Purísima Concepción construida en el siglo XVII de estilo renacentista, y restaurada en 1907. Este monumento religioso, junto con el ayuntamiento, se hallan en la plaza Mayor, a la que se puede acceder a través de un túnel que posee en su interior un interesante mural de azulejos que muestra el término municipal de Benimassot.
Otro de los alicientes de este pueblo alicantino es la visita de sus tres lavaderos; la Font del Raval situada en el casco urbano en una zona ajardinada; la Font de Baix, construida en 1927 y restaurada en el 2006; y la Font de la Penya situada junto al barranco de Miravet. Junto a ellas, hallamos sus respectivas balsas, elementos del patrimonio hidráulico imprescindibles para el acopio del agua sobrante y para su posterior riego de los cultivos del municipio.
La privilegiada ubicación de Benimassot en el valle de la Seta y su magnífico mirador conocido como «la Blanca Balconada» situado en el extremo occidental del pueblo son las razones por las que este montañoso municipio es conocido como «el Balcó de la Serrella». Un enclave privilegiado que permite disfrutar de las mejores panorámicas del valle.
Benimassot se haya en un valle que destaca por ser uno de los territorios más envejecidos y despoblados de la provincia de Alicante. Contrasta con la excepcionalidad de su entorno paisajístico. Un municipio con una economía centrada en la agricultura que, a pesar de su envejecimiento demográfico, dispone de interesantes atractivos turísticos de gran valor ambiental y cultural que con su puesta en valor y la apuesta por un turismo rural y respetuoso con el entorno pueden facilitar la atracción de visitantes, y revitalizar su economía.
