El Ayuntamiento de Albal ha propuesto una sanción «ejemplarizante», de entre 3.000 y 600.000 euros, para una vecina de la población que se saltó la cuarentena que le ordenó el centro de salud tras someterse a una prueba de PCR. La mujer no pudo ser localizada por Sanidad para que le fuera comunicado el resultado porque no estaba en su domicilio, aunque finalmente la prueba resultó positiva.

Tal y como ha revelado el alcalde, Ramón Marí, en un vídeo emitido por redes soiales, los hechos ocurrieron la pasada semana cuando la vecina, que tenía síntomas propios del coronavirus, acudió al centro de salud de la población, donde le realizaron el test PCR. Allí le indicaron que debía guardar cuarentena hasta que le fuera comunicado el resultado, lo que además firmó por escrito en un documento tipo de la Conselleria de Sanidad.

Según informó el mantadatario socialista, llegado el momento de comunicarle el resultado, días después, que había dado positivo, en el centro de salud no pudieron localizarla en el teléfono por no encontrarse en su casa. Por ello, este servicio sanitario tuvo que pedir ayuda a la Policía Local para que una patrulla realizara la notificación en el domicilio de la paciente. Finalmente sí fue hallada junto con su hija en su casa, «pero no estaba su marido, que había salido a comprar», cuando también debía confinarse.

Además, «la mencionada señora hizo caso omiso (de la recomendación sanitaria) y ha estado acudiendo a trabajar», indica el alcalde, a una empresa de la comarca. «Nuestra respuesta ha sido contundente. Hemos sancionado a la mujer y hemos advertido a las personas que hayan podido estar en contacto con esta familia», explica Marí, además de calificar los hechos de «actitud irresponsable que atenta contra la salud pública». Por ello, el consistorio propone para la vecina una multa que oscilará «entre los 3.000 y los 600.000 euros» y cuya cuantía definitiva deberá fijar la Delegación del Gobierno, a la que se elevan las sanciones tramitadas por los ayuntamientos.

El alcalde ha insistido en que «el virus no se ha marchado y, como alertan las autoridades sanitarias, la cosa no pinta bien». Marí recuerda que Albal, que se había mantenido a cero en número de casos, hasta hace pocos días, registró en el último recuento de la conselleria 21 personas contagiadas. Por ello, el mandatario apela a la responsabilidad colectiva ante este problema sanitario que también tiene repercusiones económicas.

«En Albal estamos siendo muy duros con las personas que incumplen las normas sanitarias. La Policía Local está velando por el cumplimiento del uso de la mascarilla y hemos vuelto a prohibir visitas a la residencia de mayores, con toda la pena del mundo que nos provoca esta decisión. No hemos dejado de pulverizar nuestro pueblo contra el virus, acción que se va a intensificar en los próximos días con máquinas propias», indica Marí.