Los grupos burbuja buscan cerrarse al máximo. Su implantación en la Comunitat Valenciana como una forma de regreso segura a las clases será obligatoria en los colegios desde Infantil a 2º de Primaria con máximo 20 alumnos por aula y opcional en los siguientes cursos de la primera fase educativa (siempre y cuando se respete la distancia de seguridad de 1,5 metros entre alumnos). Por este motivo, los centros escolares quieren que el contacto con ellos sea el mínimo posible, y eso incluye a los profesores.

Es ahí donde comienza la cuadratura del círculo. Según el protocolo, el tutor de cada grupo de convivencia estable puede estar en el aula sin mascarilla y sin guardar distancia de seguridad ya que se le considera uno más de la burbuja. Sin embargo, el resto de profesores que vayan al aula a impartir las asignaturas de Inglés, Música y Educación Física (consideradas de especialidad) sí que deben llevar nariz y boca cubiertas y guardar el metro y medio con los alumnos al ser considerado un vector de unión entre grupos.

Desde la Asociación de Directores de Infantil y Primaria (Adeip) explicaron que las soluciones para garantizar el máximo cierre de estos grupos dependen de cada centro. Una de las opciones que están adoptando los colegios es que sean los propios tutores los que impartan estas materias y dar a los profesores de asignaturas contratados por el centro una tutoría en la que puedan hacerse cargo de todas las enseñanzas comunes. La solución no llega a ser tal al encontrarse con problemas de habilitación y certificación para dar esas áreas.

La otra alternativa es continuar como hasta ahora, especialmente en Educación Física que, como indicaron profesores de esta rama, «tiene la ventaja de poder darse al aire libre donde se puede mantener la distancia de seguridad sin problema». Tanto en Música como en Inglés existen más inconvenientes y la duda de si tendrá que estar o no presente el tutor del grupo. Hay tutores que remarcan que «ses mejor que estemos en el aula para poder interactuar con los alumnos», algo que no puede hacer el especialista al tener que guardar el metro y medio de distancia.

Esta presencia también se recomienda porque una de las soluciones dadas para aislar al máximo al grupo burbuja es que estas asignaturas se den de manera online, a partir de una pantalla digital y con la ayuda en el aula del tutor. Pero como a cada rosa le sale una esquina, la presencia de los tutores en el aula durante estas clases convierte la organización de horarios en un ejercicio de malabares. Especialmente por las 25 horas semanales que el profesorado tiene estipuladas y que quedarían superadas si se quedan siempre en el aula con una semana lectiva de 30 horas.

«Dar las máximas horas de especialidad y de la mejor manera posible» es la premisa desde los centros que tendrán que adaptarse en busca de una solución. Desde los sindicatos, advierten de que hay que evitar una «sobrecarga de trabajo», tanto sobre los tutores como sobre los profesores de Ingles, Música y Educación Física.