Mientras la pandemia de covid-19 vuelve a dibujar un panorama preocupante en España, cientos de teóricos de la conspiración, negacionistas del virus, antivacunas y defensores de las seudoterapias salen a la calle para protestar contra «el bozal» de la mascarilla. La conspiranoia sobre el virus, que lleva meses gestándose en redes sociales, se hizo oír por primera vez en la plaza de Colón de Madrid. Y desde entonces ha seguido manifestándose en diferentes puntos del mapa. La Organización Médica Colegial (OMC) apunta a este movimiento seudocientífico como «un peligro contra la salud pública» y lamenta que las autoridades no hayan actuado para frenarlo.

«Estos eventos entrañan varios peligros. Primero, por el riesgo de transmisión del virus en entornos multitudinarios y sin protección. Y segundo, porque difunden información falsa y dañina para la salud de la población», argumenta Jerónimo Fernández Torrente, miembro de la OMC y coordinador del Observatorio contra las Pseudociencias, Pseudoterapias, Intrusismo y Sectas Sanitarias. «Hay mecanismos legales para evitar estas concentraciones, pero están fallando. Y estos movimientos se están riendo en la cara de los ciudadanos y de los poderes públicos. Se aprovechan de las fisuras y de la lentitud del sistema para promover su charlatanería», diagnostica el doctor.

Libertad de expresión

Los conspiranoicos del virus afirman manifestarse bajo el amparo de la libertad de expresión. «El problema es que estos actos no solo afectan a los asistentes sino que también condicionan la libertad de otras personas, porque pueden estar propagando el virus», matiza Gustavo Tolchinsky, secretario del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona. Los sanitarios, explica, asisten con preocupación a estas protestas donde se cuestiona la existencia de un virus contra el que llevan meses luchando. «Los médicos estamos física y anímicamente al límite. Pero si un manifestante se infecta, no dudaríamos en atenderle, porque es nuestro deber. Lo que sí pedimos es una actuación ejemplarizante contra los promotores de la manifestación y de estas teorías», añade Tolchinsky.

No es la primera vez que los colegios de médicos se manifiestan públicamente contra estos movimientos seudocientíficos. De hecho, llevan años denunciando ante el Ministerio de Sanidad y las autonomías el peligro que suponen estas teorías sin fundamento. Pero la respuesta ha sido escasa.

«Hay que dejar muy claro que detrás de estos movimientos no hay científicos, sino charlatanes, desaprensivos y falsos evangelistas que se aprovechan del miedo de la gente para promover sus ideas», destaca Torrente. «Científicos y sanitarios sentimos que estamos luchando en solitario, porque sus discursos gozan de total impunidad», reflexiona Tolchinsky.