Vuelta a clase escalonada entre los días 7 y 11, con termómetros en las aulas, contacto directo telefónico entre la dirección del colegio y el centro de salud o asesoramiento de mutuas para la elaboración de los planes de contingencia en cada escuela. Las cuatro horas de reunión del Foro Educativo valenciano, en el que están representados la conselleria, docentes, familias y centros escolares, sirvieron para ponerle letra a la música de la vuelta al cole, aunque la coreografía final será responsabilidad de cada uno de los centros educativos.

El encuentro telemático de ayer abrió una nueva muñeca de matrioskas en el viaje a la concreción. Si el jueves se había pintado el fondo con mascarillas obligatorias (una medida que todos en el Foro acataron), grupos burbujas hasta 2º de Primaria y mayoritarios hasta 6º con máximo 20 alumnos, 100 % presencialidad hasta 2º de la ESO y semipresencialidad en cursos superiores, ayer se añadieron nuevas indicaciones que se convertirán próximamente en rutinas.

La más llamativa porque marcará el inicio de curso es la implantación una primera semana de regreso progresivo tal como solicitaban desde las direcciones de colegios e institutos. En estas cada centro podrá adaptarse de la manera que quiera «y pueda», matizan desde la asociación de directores de Infantil y Primaria (ADIP).

«Unos decidirán que todo el alumnado vaya a clase desde día 7 porque sus circunstancias son favorables, como puede ser un centro pequeño o un Centro Rural Agrupado (CRA), y otros elegirán entrar por grupos o etapas educativas, poco a poco, porque consideren que es mejor para su contexto», aseveraron desde la conselleria durante la reunión. Así, los directores de los colegios expresaron que esta primera semana se aprovechará para «explicar el nuevo funcionamiento a familias y alumnos».

Sin embargo, desde CC OO, su responsable en Educación, Xelo Valls, pedía ir más allá y que esos primeros días se incidiera en formación sobre cómo se aborda una pandemia ya que es «un asunto que según todos los expertos volverán a vivir».

Temperatura en casa

Del acuerdo expresado el jueves entre autonomías y Gobierno de España también salió la importancia de tomar la temperatura al alumnado dejando a cada comunidad que decidiera cómo implementarlo. En el caso valenciano, esta toma de temperatura dependerá de las familias y se hará en casa antes de acudir al centro con una declaración de que más de 37,5 grados de temperatura significará no acudir al colegio. A esto, no obstante, ayer se le añadió que en todas las aulas habrá un termómetro por si hubiera que comprobar en caso sospechoso.

Dejar la temperatura en manos de las familias, sin embargo, deja división de opiniones entre los preguntados por este periódico. Aplausos por parte de la dirección de colegios e institutos que aseguran que desde los centros no podían controlar diariamente a todo el alumnado sin provocar aglomeraciones en las entradas para que estos no tuvieran contactos en el aula; y quejas de la asociación de ampas Covapa que, en boca de su presidenta Sonia Terrero, criticó la «falta de responsabilidad de la conselleria en garantizar la seguridad de las aulas» y en «delegar todo en las familias en una clara dejadez de funciones».

Enfermería escolar

Las mayores críticas llegaron desde esta organización quienes pusieron encima de la mesa otros dos asuntos en los que mostraron su desacuerdo: la posibilidad de elección entre presencialidad y enseñanza online y la incorporación de personal sanitario en cada centro educativo. Ninguna de las dos peticiones fueron admitidas. La primera ya venía clara desde semanas atrás cuando la conselleria apostó por la presencialidad y el jueves lo corroboró el encuentro con el Ministerio.

Respecto a la posibilidad de establecer una enfermería escolar, la propuesta que también venía desde otras organizaciones como algunos sindicatos de docentes quedó diluida en un contacto directo telefónico entre la dirección de cada instalación educativa (o la persona que se establezca como responsable covid) y el centro de salud de referencia. «Es una buena medida que sirve para agilizar la prevención en caso de sospecha de casos», indicó desde UGT su portavoz en Educación, Pepe Gil.

El aplauso unánime se lo llevó la contratación de mutuas especializadas en riesgos y prevención para ayudar a los colegios e institutos a elaborar y supervisar sus planes de contingencia. Desde el sindicato CSIF abanderaron su satisfacción porque conselleria había aceptado su propuesta. Estas mutuas, explicaron los directores, sirven para consultar asuntos técnicos para la adaptación de cada uno de los centros al protocolo macro establecido por las autoridades autonómicas.

«Saben detalles que quizás no habías pensado, sirven un poco de voz de la experiencia», remarcan esas mismas fuentes. Estas contrataciones se dan por la imposibilidad de que el Invassat, el instituto autonómico sobre riesgos laborales y prevención, preste sus servicios a todos los centros en estas dos primeras semanas en las que los colegios e institutos tendrán que elaborar sus propios planes, adecuar sus instalaciones y aprobar las medidas en claustro y consejo escolar.

Currículum escolar

Desde el profesorado aprovecharon para preguntar por la adaptación académica a la situación anómala tanto de este curso como del final del pasado y si habría una reducción del currículum. Desde Conselleria, dejaron esta adaptación «hacia unas competencias básicas» en manos de cada uno de los centros y cada uno de los docentes «que son los que mejor conocen a sus alumnos».

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