La Conselleria de Sanidad deberá indemnizar con 15.218 euros a un hombre que se sometió a una operación para extirpar una uña encarnada en el dedo gordo del pie y al que no retiraron tras la intervención el torniquete utilizado en la misma para evitar una hemorragia, lo que le provocó una necrosis que derivó en una nueva operación en la que le fue amputada una parte del dedo.

Así consta en el dictamen del Consell Jurídic Consultiu (CJC) a raíz de la reclamación formulada por el afectado, que fue sometido a una intervención quirúrgica consistente en una matricectomía parcial de uña encarnada en el pie derecho en el Hospital Francesc de Borja de Gandia (Valencia) el 14 de marzo de 2016, siendo dado de alta el mismo día.

Dos días más tarde los intensos dolores que sufría, según relata, le hicieron ir al centro de salud de Oliva, donde al serle retirado el vendaje se observó que no le habían retirado el torniquete utilizado en la intervención, lo que había producido una necrosis. El 22 de marzo tuvo que ser operado para la amputación de la falange distal.

El reclamante valoró los daños y perjuicios en 47.700 euros: 17.700 euros por los 177 días que estuvo impedido para ir a trabajar, con múltiples desplazamientos a centros sanitarios de Oliva y Gandia y 30.000 euros por daños materiales y morales creados por la situación vivida y la pérdida "del importante dedo gordo del pie derecho y las probables secuelas en la deambulación", así como por las psíquicas, para las que también tuvo que recibir tratamiento.

El informe aportado por el jefe del servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del hospital señala que la intervención evolucionó "con normalidad a pesar de no haber sido retirado el torniquete del dedo operado, según se observa a las 48 horas" y al ser retirado en urgencias no había signos de isquemia aguda ni evidencia clínica de necrosis.

Es el 18 de marzo, cuatro días después de la operación, cuando existe infección de la herida y necrosis, pero precisa que si esta se hubiera producido por no quitar el torniquete tendría que haberse dado "con anterioridad y por la cara plantar del dedo, por lo que no se puede afirmar que sea la causa principal de la amputación de la falange".

No obstante, el informe de la médica inspectora del Servicio de Inspección señala que la intervención quirúrgica se ajustó a la técnica y procedimientos recomendados por los expertos pero al finalizar no se retiró la banda de isquemia colocada en el dedo, "por lo que se produjo una actuación contraria a la buena práctica médica", dado que "se quedó en el olvido" cuando ya no cumple ninguna función y debe ser sustituida por un vendaje ligeramente compresivo.

"La asistencia recibida ha sido inadecuada por el personal sanitario que participó en la intervención quirúrgica de uña encarnada", insiste.

El informe de la Comisión de Valoración del Daño Corporal también apunta a esa asistencia inadecuada al paciente y a la causalidad entre la no retirada del torniquete y la necrosis, y admite la responsabilidad patrimonial de la administración. Respecto a la indemnización, calcula casi 8.000 euros por la amputación de la falange, 4.600 por el perjuicio personal básico, otros 2.200 euros por el perjuicio personal particular (por pérdida temporal del calidad de vida) y 400 por la intervención, lo que suma 15.218,26 euros.

El CJC, a la vista de estos informes, que obran en el procedimiento instruido en la Conselleria de Sanidad, estima la responsabilidad patrimonial de la administración, pero apunta respecto a la cuantía que el afectado reclama 47.700 euros "sin aportar informe pericial" y considera adecuada la estimación fijada por la Comisión de Valoración del Daño Corporal.