«Las cosas no van bien». Las palabras que el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, pronunciaba hace tan solo unos días resumen hoy a la perfección la situación que afronta España dentro de una pandemia que parece lejos de estar acabada. La temida segunda ola de contagios ha llegado antes de lo previsto y lo ha hecho con fuerza, en medio de las -limitadas- vacaciones y con la 'vuelta al cole' a las puertas. Los 3.000 contagios diarios -el último balance del Ministerio de Sanidad ofrecido el pasado viernes los elevaba hasta 3.829- se han convertido en la tónica habitual de un escenario que preocupa. Los datos no mienten.

Prácticamente todo el territorio nacional ve como sus datos siguen virando negativamente. Así, España registra de media una incidencia acumulada -casos diagnosticados por cada 100.000 habitantes- en las últimas dos semanas de 189,61, un 26,6 % más de lo que contabilizaba el 21 de agosto (149,75) y casi el doble de lo que experimentaba hace dos semanas (109,27). Con ello en mente, se puede apreciar como el impacto del virus sigue una tendencia ascendente clara, algo que sin embargo no tiene un impacto homogéneo en todo el país.

En esta línea, hasta seis autonomías -Madrid, Aragón, País Vasco, La Rioja, Navarra y Baleares- superan ampliamente los valores medios que ofrece a diario el Ministerio de Sanidad. Pese a ello, la evolución de cada comunidad dista mucho de ser similar. El mejor ejemplo de ello es Aragón. La autonomía que dirige Javier Lambán ha pasado de ser el principal foco de contagio tras la alarma -llegó a superar ampliamente los 550 casos diagnosticados por cada 100.000 habitantes a inicios de agosto con más de 200 hospitalizaciones diarias- a vivir en los datos del viernes un descenso considerable de la incidencia del virus, pasando sus cifras acumuladas de 489,20 a 378,76 en una semana y perdiendo así la 'primera posición' en el paradigmático escenario en el que desarrolla la pandemia.

El gran foco de Madrid

El relevo aragonés lo ha cogido la Comunidad de Madrid, la autonomía en la que el virus deja peores balances en la actualidad. Hace únicamente dos semanas su tasa de incidencia acumulada en 14 días se situaba en el 171,19. Hoy, esta se ha disparado sin descanso -416,39 el pasado viernes-, creciendo en más de 100 casos registrados por cada 100.000 habitantes en tan solo siete días. Estos datos, además, resultan todavía más preocupantes cuando se aprecian los pacientes que han precisado hospitalización en la última semana -503, casi el doble que la segunda autonomía de la lista, Andalucía, con 254-; el total de pacientes con covid en UCI el viernes -200 de los 751 registrados en toda España- o el porcentaje del total de camas ocupadas por el virus, que asciende al 14 % por el 6 % de media que registra el país.

Ante ello, la pasada semana Simón ya advertía a la autonomía de Isabel Díaz Ayuso: «Si la incidencia sigue incrementándose habrá que tomar medidas drásticas».

Donde de momento ya están estudiando un paquete de acciones para controlar la expansión del virus es en La Rioja. El territorio acumula el segundo mayor crecimiento de casos diagnosticados por cada 100.000 habitantes en 14 días de España respecto al balance de hace una semana, pasando de 197,29 a 296,72, unas cifras que han hecho que supere a Navarra y se acerque peligrosamente al País Vasco, la única comunidad junto a las citadas Madrid y Aragón que supera la barrera de los 300 casos en su incidencia acumulada. De momento, desde el pasado 21 de agosto, el porcentaje de camas utilizado por personas con covid-19 en la autonomía se ha doblado -del 2,3 % al 5%, aunque permanece aún por debajo de la media- y sus pacientes en UCI se mantienen en valores bajos -solo 3 el pasado viernes-.

Estabilización en País Vasco

En el caso de las otras tres autonomías con un alto número en su incidencia acumulada, la situación es diversa. País Vasco y Navarra han logrado estabilizar sus crecimientos -como hiciera Cataluña en comparación a julio- e incluso la primera de ellas sitúa su aumento respecto a la semana anterior por debajo de la media española. Sin embargo, Baleares vive el proceso inverso. Es la tercera que más ha elevado sus casos contabilizados por cada 100.000 habitantes respecto al 21 de agosto -de 178,43 a 249,68-, algo que ya ha provocado que la presidenta de la comunidad, Francina Armengol, haya incrementado las restricciones, cerrando parques y playas por la noche o limitando las reuniones sociales o familiares a 10 personas.

De momento, en el lado preocupante de cara al corto plazo en cuanto a la incidencia se sitúa también Canarias y Castilla-la Mancha, ambas creciendo sustancialmente respecto a los valores de hace tan solo unas jornadas. En el margen contrario, Andalucía, Extremadura y especialmente Asturias ven como el impacto del virus en sus territorios se encuentra lejos de los peores registros ya que ninguna de ellas alcanza los 100 casos diagnosticados por cada 100.000 habitantes. En esta línea, Galicia o la Comunitat Valenciana -esta última pese a registrar la pasada semana las peores cifras desde el final de la alarma y ver como los ingresos de pacientes han subido respecto a siete días antes- se sitúan aún en valores por debajo de la media.