Septiembre arrancó ayer de la peor manera posible, certificando que la segunda ola de la pandemia de coronavirus en la Comunitat Valenciana sigue viva y, por ahora, aún creciendo. Después de una última semana de agosto con registros in crescendo y cifras de nuevos positivos por PCR que se superaban cada día recordando los peores días de marzo, el mes se estrenaba ayer con los peores datos conocidos por ahora: 902 contagios por PCR localizados en 24 horas ( 78 en Castelló; 237 en la provincia de Alicante; y 584 en la provincia de Valencia) y siete fallecidos por coronavirus en un día. No se veía un volumen de víctimas por la pandemia tan alto desde hace tres meses.

Con las peores cifras en la mano hasta ahora, desde la Conselleria de Sanidad no intentaron justificar el por qué hay más casos encontrados (ahora se hacen miles de pruebas PCR al día y se encuentran los casos leves e incluso los que nos presentan síntomas y no solo los graves o muy graves como en marzo) sino que lanzaron un mensaje claro: esto hay que pararlo. Y solo se podrá hacer si todos hacen «su parte de lucha», es decir, o hay responsabilidad individual de todos en hacer bien las cosas o los contagios, a este paso, no van a parar.

«Frenar el virus requiere un compromiso individual de todos y cada uno de los ciudadanos que deben asumir su parte en la lucha contra la pandemia. Si no es así, no lograremos controlar la transmisión del virus», aseguró la consellera de Sanidad, Ana Barceló.

Porque sí, esta segunda ola, al hacerse más trabajo de rastreo está sacando a la luz a esa parte de pacientes leves que no se conocía en marzo, pero, si no se ataja el aumento de casos, estos terminarán repercutiendo en mayor presión hospitalaria -con los consiguientes problemas para atender a otros enfermos no covid-19- y, al final, en la cifra de muertos.

Por ahora, este aumento de casos (2.093 en los últimos cuatro días de agosto), se está dejando notar ya aunque de forma tímida en la presión hospitalaria. Si el lunes habían aumentado un 20 % los ingresos con respecto a finales de la semana pasada, ayer los pacientes hospitalizados volvieron a subir. Otras tres personas más han necesitado ser ingresadas (376 en total) y de ellas 47 necesitan cuidados intensivos, dos más que la actualización del lunes.

El virus entra en 6 residencias más

La cifra de víctimas mortales, siete en un día, es la que rompe definitivamente con el goteo de fallecidos de los últimos días de agosto. No se habían registrado tantos fallecidos desde el pasado 3 de junio. En esta ocasión, cuatro procedían de la provincia de Alicante y los otros tres de la de Valencia. En contra de lo que sucedía en los meses de marzo y abril, la mayor parte de defunciones por la covid-19 se están registrando ahora fuera de las residencias de ancianos y no dentro aunque puede que la tendencia se revierta.

Ayer, Sanidad notificó que otros 23 residentes habían dado positivo así como 17 trabajadores y ya eran 42 los centros de mayores en los que el coronavirus se había colado pese a las medidas especiales impuestas de restricción de visitas y pruebas PCR obligatorias para quien vuelva de vacaciones o ingrese de nuevo. Son seis residencias más afectadas en solo un día.

Por otra parte, Sanidad notificó otros 23 nuevos brotes localizados con 85 casos vinculados. En este caso el mayor son los 7 casos de un foco de origen social localizado en Castalla y llama la atención la notificación de nuevos focos por segundo día consecutivo en ciudades como Ibi con un brote social de tres casos cuando ayer en esta misma ciudad que registraron otros dos focos con cinco contagios cada uno.