Cómo será la «nueva normalidad» en los centros educativos y cuándo cerrará un colegio o instituto debido a un brote de covid-19 entre el alumnado han sido algunos de los temas de conversación de las últimas semanas, que ya tienen respuesta. Además de las instrucciones de 2020-21 y un protocolo, la comunidad educativa sumó ayer una guía para la gestión de casos de Sars-Cov-2, elaborada por las consellerias de Sanidad y Educación.

En ella, se detalla que el cierre de un centro será la última medida, ya que los colegios e institutos podrán seguir abiertos -con todas las medidas de protección e higiene- aunque se haya suspendido la actividad docente presencial en algunas clases por uno o varios brotes y/o algunos estudiantes guarden cuarentena, lo que siempre determinarán las autoridades sanitarias.

Así, el texto detalla que cuando se confirmen casos positivos entre el alumnado (tres se consideran un brote) el escolar o estudiante con covid-19 deberá aislarse en su hogar y se pondrá en cuarentena durante 14 días a todos sus compañeros si se trata de un grupo «burbuja (y las clases pasarán a ser telemáticas), como publicó este periódico. En el caso de las clases con distancia interpersonal (niveles superiores), los contactos «estrechos» del estudiante positivo deberán guardar cuarentena, pero el resto de compañeros seguirán con la docencia presencial.

Cuando el brote se dé en varias aulas -sin vinculación entre ellos-, el protocolo será el mismo (cuarentena de grupos estables y contactos «estrechos») y se deberán «extremar las medida de prevención e higiene».

Tal y como apunta el nuevo documento, la situación ya se complicaría si aparecen brotes en varias aulas (como en el caso anterior), pero sí se «demuestre la existencia de un vínculo epidemiológico» . Si en el centro no se han mantenido las medidas de prevención e higiene correctamente, «se valorará la adopción de medidas adicionales como la extensión de la cuarentena y suspensión de la actividad presencial de otros grupos hasta transcurridos 14 días desde el inicio de la cuarentena o el tiempo que se indique». En ese caso, los niveles no afectados, continuarán con la presencialidad.

Se considerará que la situación no está controlada en un colegio o instituto si se da «un número mayor [de casos positivos] de lo esperado para el segmento etario en un territorio específico». Esto quiere decir, si hay más casos de covid-19 en el centro respecto a la media que correspondería a la franja de edad de los menores según la estadística general. De ser así, en el centro se estarían produciendo contagios, ya que la presencia del virus sería mayor que en la calle y entre los niños. No obstante, como ha explicado el conseller Vicent Marzà, se espera que los centros sean más un factor de detección -por las medidas estrictas que hay-, que de contagio, como ha ocurrido en otros países.

En este último escenario, se «escalarían las medidas de control pudiendo llegar a determinar el cierre temporal del centro educativo» que, inicialmente, sería de 14 días, según el texto, y se pasaría a una enseñanza online. Este curso, los centros ya tienen capacidad de continuar con su horario habitual a través de videoconferencias.

Críticas a la formación docente

Por otro lado, el sindicato CSIF cree una «temeridad» que Salud Pública forme a un directivo o docente de cada centro en la detección de síntomas de la covid-19, ya que considera que es «asumir una responsabilidad ajena a su función pública». Esta es una queja compartida por el Consejo de Enfermería de la C. Valenciana (Cecova), la Asociación Científico Española de Enfermería y Salud Escolar (Aceese) y la Asociación Valenciana de Enfermería Pediátrica (Aveped), que consideran un «despropósito» la formación anunciada por la conselleria y que se dará la próxima semana.