El brote detectado en la residencia de Torrent Lope de Rueda con sus 40 residentes contagiados y la derivación de seis de ellos a un hospital provocó la intervención por parte de la Conselleria de Sanidad, pero, además, la apertura de un expediente informativo al centro. Ayer, la vicepresidenta del Consell y consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas, Mónica Oltra, anunció que en los informes técnicos de los sanitarios que han estado en el geriátrico «queda patente que no se cumplía la medida de reservar el 10 % de plazas para aislamiento» y «este podría ser un de factor que haya determinado este contagio masivo, que no se hicieran más ingresos de los permitidos».

Una acusación que la patronal de residencias Aerte negó tajantemente al asegurar que no es necesaria la reserva sino que hay que elaborar un plan para aislar ese porcentaje reubicando a usuarios en el caso de que fuera necesario o aprovechando espacios comunes adaptados. «Además, añade la asociación en un comunicado, sería imposible reservar esas plazas cuando la ocupación de los centros en la Comunitat Valenciana es casi plena».

No obstante, la vicepresidenta en rueda de prensa tras el pleno del Consell insistió en que la residencia «no cumplía con la medida de reservar el 10% de sus plazas para aislar a personas que está pensadas para poder aislar a las personas residentes que en un momento dado dan positivo y que su situación médica no determina que hayan de ser trasladados a un hospital».

En todo caso, la consellera recordó que se había abierto un expediente informativo y a la vista de lo que se resuelva en ese expediente se sabrá más de lo que ha podido pasar en esta residencia.«El virus entra de fuera»

Según Oltra, el virus «entra de fuera, o a través de los trabajadores o de las visitas o de las salidas de los residentes», estas son «las puertas abiertas porque obviamente las personas no están privadas de libertad, confinadas» en estos centros.

Precisamente por este motivo, la última resolución dictada por su departamento establece limitaciones en las visitas o que las salidas de los residentes se hagan con un profesional o con un familiar o persona cercana que firma una declaración responsable como que van a cumplir las medidas de seguridad, ha recordado.

Oltra quiso dejar claro que este es un caso puntual y puso en valor el trabajo que realizan los empleados de las residencias, y que ya lo era antes de la pandemia. Reclamó, además, empatía para ponerse en la piel de estos profesionales.

En el caso de las residencias de mayores, además, «hay mucho contacto físico» y por mucho que se lleven las EPI hay personas con enfermedades neurodegenerativas o problemas de movilidad o salud mental que requieren que la distancia se estreche en determinados momento.

Ante esta situación, la vicepresidenta pidió «no estigmatizar» el trabajo en las residencias. Por regla general, según las inspecciones que se están llevando a cabo en toda la red asistencial «se están cumpliendo las resoluciones y planes de contingencia».