El estado de alarma impuesto para hacer frente a la pandemia de coronavirus, vigente del 15 de marzo al 21 de junio, provocó que en el segundo trimestre no se produjera en España ni un solo embargo de vivienda habitual, según constató ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE). En total, en el periodo se produjeron 5.534 inscripciones de certificaciones por ejecuciones hipotecarias iniciadas en los registros de la propiedad, un 47,6 % menos que en los tres meses anteriores, y un 66,8 % inferior al mismo periodo de 2019. Los datos del INE, que son provisionales, indican que con esta tasa interanual, las ejecuciones hipotecarias acumulan ya 21 trimestres de descensos.

Desde el portal inmobiliario pisos.com, su director de Estudios, Ferran Font, corrobora que la estadística «se ha visto totalmente condicionada por la covid-19, pues durante el segundo trimestre y como consecuencia de las medidas extraordinarias tomadas por el Gobierno a través de la moratoria de deuda hipotecaria, no se ha iniciado ningún procedimiento de ejecución hipotecaria sobre vivienda habitual en propiedad de personas físicas».

Font subraya que «estas medidas, obviamente, también afectan a las ejecuciones sobre vivienda, que registran una caída del 47 % respecto al primer trimestre de este año». La mayoría de las ejecuciones -embargos de una propiedad para su venta tras el impago de un crédito- tienen origen en hipotecas firmadas durante la burbuja inmobiliaria, añade Font.

Según el año de inscripción de la hipoteca, la mitad de las ejecuciones hipotecarias sobre viviendas (un 52,4 %) correspondió a hipotecas constituidas entre 2006 y 2008, señala el INE. El 25,8 % correspondió a hipotecas constituidas en 2007; el 15,9 % a hipotecas constituidas en 2006, y el 10,7 % a hipotecas de 2008.