Playas de arena fina, áreas naturales como l'Albufera o las Hoces del Cabriel, espacios futuristas como el de la Ciutat de les Arts i les Ciències, cascos históricos que evocan al pasado como el barrio medieval de Bocairent o edificios históricos y singulares como el Palau Ducal dels Borja en Gandia. Y todos ellos en un rango de distancia de alrededor de una hora. Esta variedad de escenarios en una zona tan reducida ha permitido que la provincia de València se haya convertido en un gran plató de cine que cada año aprovechan distintas productoras audiovisuales.

De eso es consciente el equipo de Film València, un proyecto lanzado hace ahora cinco años por València Turisme con el objetivo de, precisamente, explotar esas posibilidades que tiene la provincia. Film València se encarga de «promover y facilitar espacios para rodajes audiovisuales de todo tipo», explica su responsable, Ann Hernández. «València, por su situación es bastante atractiva para emplazar rodajes. Tiene montaña, mar, espacios futuristas... y todo ello sin que haya más de una hora de distancia», explica Hernández, que insiste en que este último factor, el de la cercanía entre las distintas zonas de rodaje, es fundamental para las productoras que necesitan cambiar de localizaciones, ya que se reducen así los costes económicos.

La labor de Film València no solo consiste en atraer estos rodajes sino que, al mismo tiempo, permite impulsar el turismo y la economía local de los lugares donde se llevan a cabo estas filmaciones. De hecho, uno de los propósitos de este programa del Patronato Provincial de Turismo de València consiste en que los posibles visitantes puedan descubrir distintos atractivos turísticos valencianos. «Hay un estudio que dice que una de cada cuatro personas elige sus vacaciones por algo que ha visto en una película, una serie o un anuncio», apunta Hernández. «Los rodajes audiovisuales logran mover muchísimo turismo», insiste.

Así, Hernández pone como ejemplo a Paterna. Allí se filmaron diversas escenas de la última película de Pedro Almodóvar, Dolor y gloria, galardonada con siete premios Goya. «Gracias a ese rodaje ha crecido mucho la atención y el interés en la zona y se han creado distintas rutas turísticas», revela.

Rodajes diferentes por el coronavirus

Los últimos meses, protagonizados por la pandemia de la Covid-19, también han afectado al sector audiovisual. El estado de alarma y el confinamiento obligaron a detener la actividad. Sin embargo, ahora, con las medidas oportunas para evitar la propagación del virus, la claqueta vuelve a sonar en territorio valenciano.

Para garantizar la seguridad frente al coronavirus ahora utilizan alfombrillas de desinfección en las entradas de los rodajes; es obligatorio el uso de mascarillas, guantes y peucos para todos los que acceden al espacio; y también se usan pantallas sobre las mascarillas para los maquilladores e incluso monos de protección para los más cercanos a los actores. Asimismo, las tareas previas al rodaje también duran más, puesto que es necesario desinfectar la localización... una labor que también hay que realizar con posterioridad al trabajo.

Para ello, además, se instala una «carpa covid» en el exterior, con personal que entrega los equipos de protección individuales y toma la temperatura antes de entrar en el rodaje. El objetivo: crear espacios seguros donde el riesgo sea mínimo tanto para los profesionales como para los habitantes de las zonas donde se realizan estos rodajes.

Estas dificultades, no obstante, no han sido óbice para que los paisajes y la arquitectura que ofrece la provincia de València en su conjunto siga siendo punto de mira de cineastas y productores audiovisuales. «Hemos tenido muchas peticiones para localizaciones de futuras películas y series... dos de ellos son proyectos muy grandes», avanza Hernández, que garantiza que en los próximos meses y años, si no lo impide la pandemia, València estará muy presente en nuestras pantallas.