El jefe del Consell, Ximo Puig, reafirmó ayer su estrategia de sumar y abrir puertas ante la situación «excepcional» de emergencia sanitaria. Puig ha impulsado esta estrategia en la Comunitat Valenciana, al defender que se intente la participación de Ciudadanos en los presupuestos de la Generalitat de 2021.
Los socios en el Ejecutivo del Botànic, Compromís y Unides Podem, son más reacios. La prioridad de estos es aprobar unos presupuestos sociales y expansivos, para lo que el tripartito cuenta con mayoría suficiente. El apoyo de Cs sería solo una opción a posteriori. Para el PSPV, el eje de las cuentas han de ser los acuerdos de reconstrucción, aprobados en julio por todos los partidos salvo Vox. Existen matices que separan una posición de la otra. «No es el momento de partidismos, sino de la superación de las diferencias para poder construir un proyecto común de base progresista», aseguró Puig durante su participación telemática ayer en el Consejo de Política Federal del PSOE, presidido por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
La traducción en clave estatal es que conviene mantener abiertos los canales de comunicación con Ciudadanos. Puig es partidario de no poner todas las manzanas en la cesta de Esquerra Republicana de Catalunya e intentar sumar a Inés Arrimadas y sus diputados. Porque «el progresismo debe ser la base para superar las fronteras incluso aritméticas y hacer un ejercicio para robustecer las instituciones». Y por una cuestión táctica, porque los independentistas se han demostrado volubles en su apoyo al Gobierno. La afirmación del líder del PSPV se produce días después de una sesión de control en el Congreso de los Diputados en la que el presidente del Gobierno se mostró especialmente duro con Cs, por sus pactos con el PP y la ultraderecha, y lisonjero con Esquerra. En el Gobierno y en Ferraz ya conocen la posición de Puig. Fue uno de los asuntos que abordó la tarde del jueves en una charla informal con José Luis Ábalos, ministro y hombre fuerte del partido, tras un acto de este en València, según el entorno del president. El secretario general del PSPV remarcó que la política en este momento de emergencia debe generar «confianza y credibilidad». Puig insistió asimismo en la necesidad de la «cogobernanza» con las comunidades autónomas para fortalecer las instituciones. La valenciana es hoy la principal autonomía gobernada por los socialistas y Puig se llevó ayer los elogios de otros barones del partido, como la andaluza Susana Díaz, por la gestión de la crisis. Mientras, la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, insistió ayer en que Puig ya anunció que las cuentas de la Generalitat para 2021 serán «expansivas», lo que, en su opinión, implica un incremento de gasto en el ámbito social y sanitario. Así, la petición de la oposición de contención del gasto sólo debe ceñirse «a lo superfluo o suntuario», nunca a lo «esencial», dijo.
Sobre la elaboración de las cuentas, Oltra evitó responder si ha hablado con Puig sobre cómo enfocarlas e indicó que ya se están elaborando por los diferentes departamentos. Dijo desconocer la cifra que recibirá Igualdad, aunque reconoció que «le estira la chaqueta» al conseller de Hacienda cuando lo ve. La vicepresidenta, Mónica Oltra, se mostró ayer flexible con respecto a los plazos puestos por el Gobierno de Pedro Sánchez sobre el compromiso de presentar un borrador sobre el sistema de financiación autonómica. Oltra dijo seguir teniendo la confianza en que el Ejecutivo pondrá sobre la mesa en noviembre la propuesta, si bien indicó que serían flexibles, porque « ha habido una pandemia y una parálisis de todos los servicios administrativos». Lo importante, subrayó, es que haya movimiento. Por su parte, Ciudadanos manifestó en boca de la diputada Ruth Merino que no se fían de las promesas de Sánchez. «Seguimos esperando la reforma de la financiación que el PP y PSOE llevan postergando durante décadas. Han perdido credibilidad». La diputada exigió ya la propuesta para acabar con la financiación injusta para la C. Valenciana.
