Platos precintados con papel film, barra clausurada y cubierta con una mampara, cinta adhesiva amarilla y negra para señalar los espacios por donde se puede entrar y salir o no detenerse... haciendo verdadera trigonometría, una comisión de falla, Industria-Santos Justo y Pastor, publicó ayer la forma de desafiar a los problemas de la pandemia e intentar que los casales falleros tengan vida dentro de los límites que marcan las normas de seguridad vigentes. Por eso, ayer celebraron el Quinto y Tapa que jamás habrían imaginado, pero que es una forma de dar un paso necesario. La fiesta, propia de las matinales de las comisiones de falla, sirven para socializar y, si se puede, recaudar algunos fondos si salen las cuentas. En condiciones normales se habrían celebrado numerosos actos de este tipo desde que empezó el ejercicio. Pero la actividad en los casales falleros está reducida no sólo drástica, sino peligrosamente. Puesto que la ausencia de actividad es lo que puede poner más en peligro la estabilidad social de las comisiones, su censo. La de Industria, por ejemplo, es una comisión con mucho censo: más de medio millar entre adultos e infantiles. El pasado año figuraba en el puesto 21 del ranking de todas las comisiones de la ciudad. Era obligatorio entrar con mascarilla y la barra, habitualmente un espacio de trasiego de bebidas, estaba cerrada precisamente para evitar las aglomeraciones. Esta comisión es una de las que tiene abierto el casal desde el inicio del mes. Tienen establecido que se pueden celebrar actividades siempre que se respete la norma de las diez personas por mesa. Este gesto es uno de los que se empiezan a poner en práctica a pesar de los temores y de las dudas que, a estas alturas, siguen asaltando a las comisiones sobre lo que se puede y lo que no se puede hacer, pero que empieza a hacerse vital para justificar la continuidad. Otra comisión, Dama de Elche, ha dado a conocer la reanudación de sus cenas de los viernes tras comunicar de una forma admirablemente pormenorizada cómo hacerlo tras, según han dado a conocer, «el comunicado recibido desde Junta Central Fallera» que incluyen «un aforo máximo de 50 personas, independientemente del que tenga el local, un máximo de diez personas por mesas o agrupación de las mismas, separación entre mesas de dos metros y uso de mascarilla obligatoria en todo momento salvo para consumir». Para reglar el medio centenar de asistentes, se recurrirá al tradicional método de «apuntarse en una lista en la falla» hasta alcanzar los 50 falleros. Y cada grupo de comensales se encargará de instalar y desinstalar los elementos que utilice, llevando a cabo su desinfección. el quinto y tapa de la falla industria. Así se preparó la fiesta de ayer. 1 Las tapas estaban elaboradas en platos individuales y envueltas. 2 Zonas de exclusión señalizadas con cinta en el suelo. 3 La barra, con mampara para evitar la concentración. 4 Los accesos señalizados para recoger el producto guardando distancias de cola. F