El tiempo transcurrido entre el inicio de los síntomas propios de la covid y la comunicación del diagnóstico por parte de la Conselleria de Sanidad es cada vez mayor en la Comunitat Valenciana, donde el proceso ya puede alcanzar hasta los siete días. Esto supone 24 horas más de tardanza que el pasado 3 de septiembre, según los datos del último informe del Instituto de Salud Carlos III, que recoge semanalmente la evolución de la pandemia en España con datos desagregados por autonomías, y hasta dos días más que la media nacional. Esta demora se ha ido agravando acorde al aluvión de casos que ha registrado la Comunitat durante el verano. Si en la última semana de julio se contabilizaron 512 contagios, en esta última han sido 4.160. La prematura segunda oleada ha tensado primero a los centros de atención primaria, luego puso en dificultades el rastreo „la Generalitat los reforzó primero y ha solicitado otros 150 militares de los 2.000 que el Gobierno puso a disposición de las autonomías para ayudar en estas labores„ y finalmente se está trasladando a la capacidad de diagnóstico. De hecho, en julio la Comunitat Valenciana tardaba cinco días como mucho en confirmar a un paciente con síntomas el resultado de su prueba, según los mismos datos del Carlos III. En la última semana de ese mes, se realizaron un total de 28.002 PCR, duplicando las de los siete días anteriores. Pero ahora, con ocho veces más de contagios semanales (4.160 en los últimos siete días), Sanidad solo ha multiplicado por algo más de dos los test (67.860). Esta dualidad de ritmos entre número de contagiados y el total de pruebas realizadas ha llevado a que la tasa de positividad (el porcentaje de contagiados por test realizados) haya ido aumentando de forma constante desde entonces hasta situarse por encima del 6 %. Cabe recordar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) fija en el 5 % el umbral a partir del cual considera que la pandemia empieza a estar descontrolada.

En cualquier caso, esta media autonómica es sensiblemente mejor que la nacional, que supera el 9,5 % según el Centro Europeo para el Control de Enfermedades. Pero hay más razones que contribuyen a la dilatación del tiempo de espera de una persona con síntomas. En estos momentos hay varios departamentos de salud valencianos con saturación en el diagnóstico por problemas de falta de materiales en los laboratorios donde remiten las muestras y que se unen a una atención primaria que sigue congestionada. Estos centros de investigación reconocen la falta de reactivos, un hecho que la consellera de Sanidad, Ana Barceló, achaca al acaparamiento de algunos países como EE UU. Asimismo, otros contratiempos como la rotura de máquinas en Xàtiva-Ontinyent o los problemas de resolución de pruebas en el área del hospital de gestión privada de Manises también complican la situación. El diagnóstico precoz fue uno de los requisitos en los que el Ministerio de Sanidad puso más énfasis „junto al número de rastreadores„ desde el inicio de la desescalada. El objetivo era que las comunidades lo facilitaran en un máximo de 48 horas. Ese plazo está muy lejos de cumplirse, lo que implica dos consecuencias: complica el rastreo (un contacto estrecho solo está obligado a someterse a test y a confinarse una vez sospechoso original tiene el diagnóstico oficial) y merma su eficacia al retrasar el proceso y aumenta las opciones de que un sospechoso incumpla el aislamiento, pese a que es obligatorio mantenerlo.