El Ayuntamiento de Torrevieja realizó ayer el test rápido de diagnóstico de covid a 1.500 profesores, personal no docente y de limpieza y mantenimiento de todos los centros educativos de la ciudad. La iniciativa municipal llegaba tras la polémica entre el Ayuntamiento y la Generalitat sobre la legalidad de la decisión del gobierno municipal de llevar a cabo el cribado masivo al margen de la administración autonómica. La Generalitat desautorizó las pruebas horas antes de que se realizaran el 2 de septiembre, como había previsto en principio, porque entendía que el municipio invadía competencias de Salud Pública, poniendo además en duda su validez científica -el test masivo de 66.000 profesores en Madrid confirmó 2.500 docentes con anticuerpos del virus y solo 16 positivos PCR-.

El Ayuntamiento torrevejense recurrió y el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana estimó su recurso señalando que como la propuesta estaba prevista a principio de curso, debía realizarse al margen de cómo resuelve después el procedimiento judicial el asunto de fondo: si un municipio puede o no asumir esas competencias.

El profesorado fue así finalmente convocado (por segunda vez) ayer por las direcciones de los colegios e institutos de la ciudad a acudir de forma voluntaria una vez que hubieran asumido expresamente el uso de sus datos para la realización del test.

La mayoría de los docentes que pasaban por el Centro Municipal de Ocio (CMO), conocido en Torrevieja como macrodiscoteca de la tercera edad, se mostraban satisfechos por haber sido convocados para la extracción de sangre, aunque alguno expresó su extrañeza por el hecho de que fuera el Ayuntamiento el organizador. La empresa Ribera Salud, concesionaria de la gestión sanitaria pública de Torrevieja y buena parte de la Vega Baja, en un discreto segundo plano ayer, desplegó a una plantilla de más de una docena de sanitarios -ocho de ellos en los puestos de extracción-. La firma ha dispuesto todos los recursos necesarios, tanto de personal como de organización y material de test, sin repercusión en la factura al Ayuntamiento de Torrevieja. Una de las preocupaciones del alcalde Eduardo Dolón (PP) y sus ediles de Sanidad y Educación, Diana Box y Ricardo Recuero, era ayer que se repitieran las imágenes de largas colas que se produjeron en un cribado de similares características realizado en Madrid, pero el orden de los usuarios fue predominante.

Las pruebas, diseñadas hasta el último detalle, comenzaron sobre las tres de la tarde y se prolongaron hasta las nueve de la noche a un ritmo de unas 200 muestras a la hora, con colas puntuales provocadas por la distancia social, pero sin grandes demoras, y con una amplia presencia de Policía Local y Protección Civil en el exterior del edificio.

Ni el Ayuntamiento ni Ribera Salud facilitaron datos sobre el número total de extracciones al finalizar la jornada. Sobre la polémica de la desautorización inicial de la Conselleria de Sanidad, el alcalde afirmó que no sentía que el municipio «le hubiera ganado la batalla a la Generalitat, han ganado los ciudadanos de Torrevieja», aunque valoró que hubiera sido preferible que el test rápido se hubiera realizado cuando estaba previsto a principio de curso. «Es casi seguro que algún profesor es positivo y ha estado dando clases durante estos días», mantuvo.

Dolón explicó que hasta las tres de la tarde de ayer, cuando comenzaba el cribado, el municipio no tenía constancia de que la abogacía de la Generalitat se hubiera pronunciado. Desde la Conselleria de Sanidad sí se han presentado alegaciones, según pudo confirmar este diario. Dolón añadió además que los profesores y personal no docente, que también incluye el de limpieza municipal de colegios de Primaria, recibirá un código para comprobar los resultados en 24 horas. Si es positivo se le realizará una prueba PCR. El Hospital Universitario de Torrevieja remite las pruebas PCR al Hospital General de Alicante, aunque en este caso sería Ribera Salud la encargada de realizarlas directamente a través de su filial Ribera Lab.