El monasterio de las Agustinas Descalzas en Benigànim, la única localidad de la Comunidad Valenciana confinada por la pandemia, está recibiendo durante la crisis sanitaria "continuos correos electrónicos de médicos y enfermeras pidiendo nuestra oración" según ha explicado la madre Dolores, superiora del convento.

Fue tal el "aluvión de peticiones", sobre todo al principio de la pandemia, enviadas por mail "por personas que ni conocíamos y que nos decían que se sentían desbordados y hundidos" que tuvieron que organizarse las religiosas de este monasterio de vida contemplativa para poder atender todas las peticiones, ha señalado.

Así, las nueve monjas de este monasterio de la Purísima, San José y la Beata Inés, fundado en el año 1611, se reparten los mensajes "entre todas las hermanas y cada una, personalmente, se preocupa de pedir de forma particular por una familia, un médico o una enfermera, o más de una, para acompañarlos a todos con la oración, y después, las que manejamos Internet, contestamos a todos", explica la superiora.

Igualmente, "muchas de las personas que nos escribieron nos han dicho luego que, desde que atendimos su petición y rezamos por ellas, se sentían más fuertes, más unidas a nosotras, y con nuevos ánimos para seguir luchando ante la pandemia. Porque es un sufrimiento muy grande ver cómo mueren tantos enfermos y sentirse tan impotente, según nos dicen", ha comentado.

Además, las Agustinas Descalzas del monasterio de Benigànim "rezamos todos los días para que acabe la pandemia, pedimos por todos los fallecidos y sus familias, e imploramos la intercesión protectora de la beata Inés" (Benigànim, 1625-1696).

También se suceden en el monasterio las llamadas de teléfono de personas que "preguntan si necesitamos algo, si estamos bien y para pedirnos que recemos mucho. Nos llama mucha gente, no sólo de Benigànim, también de otros sitios y nos piden que no bajemos los brazos, que recemos porque lo necesitan todos mucho", ha añadido la priora.

La superiora de la comunidad ha explicado que ellas no tienen miedo ante esta situación porque "todos estamos en las manos de Dios y hemos de confiar. Estamos convencidas del poder de la oración. Sabemos que sin salir de nuestro monasterio, la oración llega a todos. Ésa es nuestra vocación y nuestra manera de vivir", ha subrayado la madre Dolores que insiste en que "seguimos estando a disposición de todo el que necesite nuestro apoyo y atención espiritual".