El mar continúa con su calentamiento progresivo y acumulado, con un verano que para los expertos tampoco acaba a finales de septiembre como marca el calendario. Uno de los últimos análisis del Centro de Estudios Ambientales incide en esa nueva distribución estacional climatológica, «exclusiva del Mediterráneo», que extiende la temporada de invierno de enero a marzo y la primera quincena de abril; la primavera de finales de abril a junio, el verano de julio a septiembre y el otoño, del mes de octubre al de diciembre. Si hasta agosto se había detectado un incremento de la temperatura superficial del mar de 1,1 º, los últimos registros del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo han oscilado entre los 1,2 º y los 1,5 º. Un aumento algo superior en la zona entre Baleares y el litoral valenciano respecto a la media en toda la costa mediterránea, fijada en 1,3 º.

Para Francisco Pastor, del departamento de Meteorología y dinámica de contaminantes del CEAM, lo «preocupante» es la acumulación de calor en las aguas «con una creciente energía disponible para la interacción aire-atmósfera que puede exacerbar la intensidad e impactos de eventos extremos como lluvias torrenciales y medicanes». Pero no solo. «El incremento de las temperaturas está afectando ya a la fauna marina, en la distribución de las especies y el aumento de las exóticas invasoras», advierte Pastor. «El trabajo futuro está destinado a buscar la correlación entre la temperatura de la superficie marina, especialmente las olas de calor marinas, y los eventos de precipitación extrema en el área mediterránea», apuntan desde el CEAM. «En el marco del cambio climático, estas tendencias y su naturaleza deben ser revisadas y analizadas periódicamente para proyecciones de escenarios futuros que puedan ayudar a las partes interesadas en el establecimiento de políticas de mitigación y adaptación. En este sentido, es necesario seguir trabajando en la identificación de procesos e interacciones tanto atmosféricos como oceanográficos», explican desde el Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo.

Samuel Biener, en el departamento de Geografía y Ordenación del Territorio/Máster en Planificación y Gestión de Riesgos Naturales de la Universitat de Alicante, recuerda que las previsiones del Centro Europeo de Predicción señalan que en septiembre «no deberíamos tener un episodio de lluvias torrenciales, y que será más cálido y seco de lo normal en nuestra zona». «En octubre puede que haya más movimiento con temperautras también por encima de lo normal y noviembre es una incógnita», comenta. En cualquier caso, advierte de que los chubascos «pueden ser muy intensos e hiperlocalizados». «Hay que ir mucho cuidado con estas previsiones porque en esta zona son poco fiables porque se suelen descolgar vaguadas, algo peligroso cuando el mar está tan caliente como ahora», concluye Biener.