Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

"El ambiente en Benigànim tras 21 días es raro, se ve poca gente"

La localidad abandona el confinamiento con un centenar de casos de coronavirus menos que hace tres semanas - En un día de mercado municipal, los vecinos aún recelan de salir a la calle

Ni una concesión a la relajación. La vuelta de Benigànim a la (nueva) normalidad, tras veintiún días bajo un confinamiento perimetral por el descontrol sobre los brotes de coronavirus, se consumó ayer en una mañana tranquila, sin grandes muestras de alborozo, con la alegría contenida a que empuja la situación sanitaria y la ineludible existencia, siempre bien respirable en el ambiente, del coronavirus. Había mercado, los bares reabrieron, los niños y niñas pudieron incorporarse a la actividad escolar presencial, y del férreo control que la Guardia Civil mantenía sobre el perímetro del municipio hasta anteayer, solo quedaba el pequeño motor que usaron para iluminar las dos entradas que vigilaban. El centenar largo de vecinos con coronavirus de hace dos semanas eran ayer, en la última actualización de datos de Sanitat, solo 27. No obstante, algo del confinamiento se resiste a dejar la población. Así se explica, por ejemplo, la escasa afluencia al mercado municipal de la Plaça Major, que atestiguan los mismos tenderos. Era el primero que celebraba Benigànim en cuatro semanas; no obstante, la presencia de vecinos fue escasa, bastante más que en otras mañanas antes de este segundo confinamiento. «Dicen que han fallecido tres personas, la gente tiene aún un poco de miedo», comentaba Mustafá, un tendero marroquí, ante su mostrador. «Nosotros no, no hemos tenido reparo en acudir a ningún pueblo», añadía. Vicente, de Albaida, lo corrobora: «De los tenderos, hemos venido todos los que solemos acudir aquí. Nos dijeron ayer por la tarde que habría mercado, y aquí estamos». «Es súper raro el ambiente. Sobre todo, la falta de gente mayor», añadía el mercader de Albaida. No ayudaba mucho la obvia presencia de varios medios de comunicación en la Plaça Major: da la impresión, en algún momento de la mañana, de que hay más periodistas que vecinos. Una tendera llega a decirle al fotógrafo: «Es que espantáis a la clientela».

Aún pesa el recelo por la criminalización que sintieron los vecinos cuando se oficializó la cuarentena en Benigànim. Por eso sorprende más cuando Antonio y Mari Carmen, dos vecinos mayores, se detienen a compartir sus impresiones en la que es su primera mañana en la calle en un mes: según cuentan, pasaron el confinamiento encerrados en casa, después de que tanto ellos como sus hijos diesen positivo en coronavirus. Lo superaron, por fortuna, de forma asintomática. «La ayuda vecinal fue enorme, sobre todo para que no faltase comida. Nos llenó muchísimo», recordaban, deseando que algo de esta bondad siga viva una vez pasada la cuarentena. En las tiendas de Benigànim la clientela no ha faltado estas tres semanas, y ayer seguían con la misma rutina. «La gente sale menos, pero compra igual o más. Los bares sí que han de notarlo mucho. Han sido tres semanas cerrados, y ahora retoman el trabajo con las limitaciones de aforo», apunta Inés tras el mostrador de su frutería. Las mesas de los bares por cerca de la Plaça Major aparecían ayer ocupadas; no así las de otros puntos del municipio más alejados del centro. En el IES Les Foies, por su lado, empezaron las clases presenciales del curso 2020-2021tras un «esfuerzo enorme» de todo el claustro, según la directora del centro, Rosa Ribes. Se incorporaron tercero y cuarto de la ESO, Bachiller y los ciclos, el resto empezará entre hoy y el jueves. Para el viernes el instituto Les Foies, y por extensión todo Benigà-nim, esperan volver de lleno a la nueva normalidad y que, así, el confinamiento quede un poco más lejos en el recuerdo.

Compartir el artículo

stats