El Gobierno británico ha impuesto nuevas medidas para luchar contra el coronavirus que regirán durante los próximos seis meses. Boris Johnson tomó como ejemplo lo que está ocurriendo en Francia y España para anunciar ayer nuevas restricciones a fin de doblegar la expansión de la segunda ola de la epidemia que ya hace mella en el Reino Unido. El número de contagios alcanzó ayer un nuevo récord con 4.926 nuevos casos en las últimas 24 horas, la cifra más alta desde principios de mayo. «Las pruebas muestran que el virus se extiende a grupos más vulnerables. Lo estamos viendo en Francia y España, donde eso ha llevado a un incremento de las hospitalizaciones y desgraciadamente a más muertes», declaró Johnson en la Cámara de los Comunes. A partir de mañana, bares, restaurantes y pubs en Inglaterra deberán cerrar a las 10 de la noche. «Eso no quiere decir que a las 10 de la noche se puedan hacer las últimas peticiones. Será la hora de cierre y la policía se encargará de que así sea», aclaró Johnson. El Gobierno ha dado marcha atrás y ahora pide a quienes puedan trabajar desde casa que lo sigan haciendo.

Asimismo, el primer ministro también anunció la obligatoriedad de las mascarillas en recintos cerrados como bares, restaurantes (mientras no se estén consumiendo comidas y bebidas), tiendas, taxis y transporte privado. Hasta ahora solo eran obligatorias en autobuses, metro y trenes, algo que frecuentemente no se cumple. No obstante, no será un requisito en espacios abiertos o al caminar por las calles. Mientras esto sucede en Reino Unido, Alemania descartaba ayer y por el momento cierres generalizados y optaba por tratar de contener los focos de la pandemia a escala local, mientras mira con preocupación hacia el resto de Europa y en especial a los vecinos con alto nivel de contagios. La norma debe ser «más mascarillas y menos alcohol», resumió r el primer ministro de Baviera, Markus Söder, para asegurar que no quiere ser el «aguafiestas» de un «Land» tradicionalmente «festivo» como es Baviera, sino «contener» algo que en otros países -entre los que citó a Austria y Francia- parece fuera de control.