El anuncio de Ximo Puig, president de la Generalitat, de destinar 240 millones «para salvar» l´Albufera dejaba el lunes más incógnitas que certezas entre las voces autorizadas de este ecosistema tan valioso como fragil. No eran pocos ayer los que reclamaban «una hoja de ruta y un diagnóstico claro, con las cuestiones clave perfectamente delimitadas». «L´Albufera necesita aportes de calidad del Xúquer y frenar la entrada de agua contaminada», es la exigencia compartida.El presidente de la Junta Rectora del Parc Natural, Carles Sanchis-Ibor, optaba sin embargo por la prudencia. «De momento es solo una declaración de intenciones del Consell, es demasiado pronto y prematuro para que nos posicionemos», incidía. «Que se ponga el foco, atención y presupuesto en l´Albufera es una noticia estupenda, y que haya una accion política destinada a solucionar los problemas del lago solo puede congratularnos», continuaba Sanchis-Ibor. «Otra cosa es ver el proyecto técnico y concreto. Ahí ya se podrá hacer una valoración más ponderada de si es pertinente y qué cosas se pueden mejorar o no», remarcaba sin querer realizar más valoraciones. Desde el Palau se insistía en que se trata de un proyecto elaborado para acceder a los fondos de la Unión Europea con carácter plurianual, aunque no siguen sin trascender más detalles.

Sergi Campillo, vicealcalde de València y concejal de Devesa-Albufera, recibía con los brazos abiertos la propuesta de Puig aunque con reparos. «Nos alegra, porque echamos en falta inversiones de la Generalitat en el lago, así es que saludamos la iniciativa», explicaba. Eso sí, remarcando que cualquier tipo de actuación «se ha de consensuar con los ayuntamientos implicados y bajo la supervisión de un comité científico-técnico. «Nosotros lo que reclamamos al gobierno valenciano es un contrato de conservación y mantenimiento, por ejemplo para el dragado de canales y acequias, o para la limpieza de las motes. Una intervención en el día a día», según el edil. Para Campillo, el énfasis ha de ponerlo el ejecutivo autonómico en reclamar al Gobierno de Pedro Sánchez y la Confederación Hidrográfica aportes regulares, así como dotar al Parc Natural de presupuesto propio. Algo de lo que carece en estos momentos. A la ministra Teresa Ribera ya le hicieron llegar el alcalde Joan Ribó y él personalmente hace unos días en su visita a Madrid la necesidad de cumplir con la dotación hídrica. «Ya sabemos que el Xúquer está sobreexplotado porque tiene demasiadas concesiones, pero el humedal necesita agua», apostillaba. Luis Blanch, al frente del departamento de Ingeniería Cartográfica Geodesia y Fotogrametría de la UPV que ha medido el nivel y composición de los fondos del lago, la gran asignatura pendiente son los vertidos además de la falta de agua. «No podemos consentirlo», enfatiza.

«Asistimos incrédulos a las declaraciones de Puig», señalaba. «¿A qué se refiere cuando habla de aumentar la capacidad del vaso?, ¿está refiriéndose a retirar sedimentos?», se pregunta, para advertir del riesgo de un aumento de la salinidad. En su opinión se debe colocar la lupa en carencias históricas como que muchos municipios sigan enviando residuales y pluviales mezcladas, o que el sobredimensionado colector Oeste «cuando llueve expulse agua como un géiser».