El que fuera hasta julio pasado comandante del puesto principal de la Guardia Civil de Paiporta, Eduardo A. declaró ayer durante dos horas en calidad de investigado ante la Fiscalía Provincial de València por un presunto delito de amenazas. La comparecencia del oficial se sitúa en el marco de las diligencias previas abiertas de oficio por la Fiscalía después de que trascendiera una grabación en la que el comandante recriminaba a sus mandos durante una reunión que no hubiesen atendido su orden de «partirle las piernas» a la alcaldesa de Paiporta, Isabel Martín (Compromís).

El oficial acudió a la hora prevista, las diez de la mañana, acompañado de su letrada, y durante cerca de dos horas respondió a todas las preguntas formuladas tanto por la fiscal asignada a la causa como a las de su abogada y al letrado de la alcaldesa. Fuentes jurídicas dijeron que Eduardo A. admitió haber pronunciado esas frases, aunque durante toda su comparecencia trató de quitar hierro al asunto.

El investigado defendió que las frases habían sido sacadas de contexto y volvió a esgrimir que, en realidad, lo que estaba haciendo es echar una reprimenda a los ochos mandos a sus órdenes a los que reunió aquella mañana para revisar cuestiones organizativas y operativas de su unidad.

También volvió a recurrir al argumento de que había hablado de «partirle las piernas» y «partirle la cara» aludiendo a lo que él define como un «símil futbolístico». Matizó que lo hizo no porque a él le guste el fútbol, sino para hacerse entender ante su auditorio, que sí son seguidores de ese deporte.

En todo momento se mostró «tranquilo y sereno, aunque distante y serio», explican las mismas fuentes. Una vez concluida su declaración, le llegó el turno, como perjudicada, a Isabel Martín. La alcaldesa, que también respondió a todas las preguntas que le hicieron tanto la fiscal como su abogado y la defensora del oficial del instituto armado.

La alcaldesa detalló a la fiscal instructora «varios episodios, unos conocidos y otros, no» en los que, a su juicio, se demuestra «la animadversión del comandante a su persona». Así, recordó que el primer día que acudió el comandante a presentarse ante ella, justo después de su nombramiento, le pidió que le cediese un electricista municipal para realizar unos arreglos en su vivienda del cuartel, a lo que ella se negó educadamente explicándole que, de hacerlo, estaría prevaricando.

Ese fue, según su percepción, el inicio de esa animadversión que se ha concretado en otros episodios y en frases pronunciadas por el oficial como la de que «había que partirle las piernas» o las detalladas por un guardia civil en la investigación interna a la que fue sometido el comandante en 2017 y que derivó en una suspensión de funciones de tres meses. Como se recordará, las frases que el agente dijo haber escuchado de la boca de su superior en referencia a la alcaldesa de Paiporta fueron «esta me va a comer el nabo» y «esta comunista qué se ha creído».

Tras la publicación de las últimas grabaciones en julio pasado en Levante-EMV y en eldiario.es, la directora general de la Guardia Civil ordenó una nueva investigación interna y promovió que el oficial fuese apartado de la jefatura de Paiporta durante el tiempo que durase esa información reservada. Además, la alcaldesa pidió públicamente la destitución del comandante y su partido, explicaciones de Interior en el Senado y en el Congreso. A raíz de ello, la Fiscalía abrió las diligencias dentro de las cuales se produjo ayer la comparecencia de Eduardo A. como investigado.