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La fuga de sanitarios de los geriátricos agrava la situación de los mayores

Los centros pierden un 30 % de personal desde que comenzó la pandemia por la sobrecarga de trabajo y la oferta de la Sanidad Pública

Una auxiliar de enfermería compañando a una residente de un geriátrico de Alicante.

La fuga del personal de enfermería de los geriátricos valencianos con destino a las instalaciones de la Sanidad Pública en busca de mejores condiciones laborales está poniendo en riesgo la atención de los mayores para esta segunda oleada de la pandemia provocada por la covid.

Los datos que maneja la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CC OO-PV es que, entre marzo y septiembre, el 30 % de las enfermeras han dejado sus puestos en los geriátricos para trabajar en hospitales y centros de salud públicos. El motivo es que en estos lugares se les están ofreciendo contratos de seis meses con más salario y menos horas. Además, obtienen puntos en las oposiciones futuras para optar a una plaza fija.

Todo ello hace temer al sindicato que a partir de ahora se produzca una «estampida» de profesionales, lo que supondría reducir aún más las ya de por sí precarias plantillas de los centros de mayores. De hecho, algunos de estos geriátricos denuncian que ya se han quedado en sin enfermeras, lo que implica una sobrecarga de trabajo para Atención Primaria.

Por término medio, según establece la normativa, un centro de mayores debería disponer de cinco enfermeras. Concretamente ocho horas de contrato por cada diez residentes. Sin embargo, en estos momentos casi ninguna llega a tres enfermeras. En el caso de las auxiliares de enfermería el éxodo está siendo menor porque, en caso de haberse formado en atención sociosanitaria a personas e instituciones sociales, no pueden acceder a trabajar directamente en la Sanidad Pública.

También las plantillas de las auxiliares están muy ajustadas, no siempre se cumplen las ratios y el trabajo se multiplica, con menos personal, en el momento de aislamiento por contacto con el virus.

Así lo denuncia Alfonso Valero, responsable del sector de la Dependencia en la FSS CC OO. «Las dos figuras fundamentales en las residencias de mayores son las enfermeras y las auxiliares. Física y psicológicamente soportan un trabajo mucho más duro y estresante que el de un hospital o un centro de salud porque atienden a personas con un alto grado de dependencia. Además, con la irrupción del covid sus condiciones laborales han empeorado porque en los geriátricos apenas hay personal para reforzar turnos ni para cubrir las bajas así que, en caso de brote, el trabajo se triplica», advierte Valero.

La primera oleada de la pandemia del coronavirus ya puso de manifiesto las deficiencias del sector de las residencias. En ese momento tanto la Administración como la patronal asumieron la necesidad de modificar el sistema de atención a la dependencia, mejorar las condiciones laborales y subir las ratios de personal para mejorar la calidad asistencial. «Pero el tiempo ha pasado y nadie ha hecho nada.

El sector está en peores condiciones que en marzo, las trabajadoras están agotadas, se han suspendido vacaciones y en algunas ocasiones se han visto obligadas a reincorporarse debido a los rebrotes», denuncia el responsable sindical exigiendo, tanto a la Conselleria de Políticas Inclusivas como a las patronales, mejoras laborales que eviten que las trabajadoras huyan del sector.

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