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Olaf Clavería: "Es más fácil hacer frente a una DANA que a este virus"

"Nos hemos encontrado a la gente muy receptiva a las recomendaciones del rastreador"

Olaf Clavería, en el centro de operaciones del cuartel general de la UME en Bétera.

Inundaciones, incendios y otros desastres son el hábitat de este teniente coronel (Zaragoza, 48 años) que desde marzo añade a sus preocupaciones la lucha contra la covid.

Gota frías, fuegos que arrasan montes... ¿Son más fáciles de combatir que la covid?

Sin duda. Las Danas o los incendios los ves. Aunque los destrozos sean cuantiosos, están ahí. La covid no. Y todo lo que no se ve es complicado. De una Dana conoces sus efectos, cómo hacerles frente... es fácil pararla. Con la covid primero hay que estudiar qué hace, cómo muta… Pocas cosas hay más complejas que este virus.

¿Es lo más duro a lo que se ha enfrentado la UME?

Sí, porque afecta a toda la población. Y porque tenemos que ir aprendiendo con él, adaptando procedimientos… sin duda es lo más complejo a lo que nos hemos enfrentado mientras vemos cómo mueren nuestros compatriotas.

Se comenzó con desinfecciones y luego residencias...

Sí, claro. Estuvimos en muchas, entre ellas la de Alcoi y una de Morella, que fueron de las más afectadas de la C.Valenciana, aunque aquí no se vieron cadáveres hacinados como en otras del país. Nunca nos encontramos una persona que llevara más de 24 horas fallecida sin haber sido recogida.

Y de ahí, también como punta de lanza, pasaron a los rastreos de los que ya han pasado el relevo... ¿no es así?

Así es. La UME es la primera opción cuando se requiere el apoyo de las Fuerzas Armadas a las autoridades civiles, pero tenemos unas capacidades limitadas en el tiempo, además de que lamentablemente hay otras emergencias. Somos el embrión que pone en marcha ese apoyo y luego son nuestros compañeros del Ejército de Tierra, del Aire y de la Armada los que dan la continuidad, como está ocurriendo con los rastreos. Nosotros los empezamos el 25 de julio y ahora los están haciendo ellos.

¿Cómo se selecciona a los rastreadores?

El modelo es un profesional que sabe cuál es su papel y en qué consiste la enfermedad. Para la formación de los rastreadores de las Fuerzas Armadas hay un curso de Defensa y, lo más importante, técnicas de comunicación. Se busca que no solo haga su trabajo de informar a alguien que ha estado en contacto con un positivo, sino que también traslade tranquilidad y que manifieste una clara empatía siendo consciente que al otro lado hay una persona que puede tener un problema.

¿Hay receptividad?

Nosotros siempre nos identificamos como militares y advertimos de que los datos son confidenciales. Nunca hemos tenido problemas. Es más, nos hemos encontrado con muchas facilidades, con gente agradecida y muy receptiva a las recomendaciones del rastreador en el sentido de quedarse en casa, no relacionarse o acudir al médico si aparecen síntomas.

¿Cómo está siendo la colaboración con las autoridades sanitarias?

Total. La formación específica parte de ahí y tanto en València como en Murcia se ha nombrado una persona de contacto para ganar agilidad.

¿De ahí es de donde ha surgido la Unidad de Vigilancia Epidemiológica (UVE)?

Sí, ha sido el modo en que nos hemos organizado. Se ha diseñado un estructura para determinar qué lugar ocupan los rastreadores, los médicos, el personal de comunicaciones… Las UVE las forman todos los militares que se ponen a disposición de las autoridades sanitarias en cada comunidad. Hay una por autonomía. Ahora que la UME ha cedido el testigo de los rastreos, el Ejército de Tierra ha designado a una persona para el lugar que yo ocupaba, que es la que se relaciona con Sanidad, y debajo de él están los del MOE ... todos los rastreadores. Al frente de la UVE de la C.Valenciana está el teniente coronel Manuel Pino, el único interlocutor militar que tiene Sanidad. Es una organización militar muy operativa que se creó cuando el presidente del Gobierno ofreció rastreadores militares a las comunidades autónomas.

Una oferta que Cataluña y País Vasco han declinado.

Las Fuerzas Armadas estamos ahí para quien lo pida, no tenemos problema en ir a ningún sitio y siempre nos han recibido muy bien allá donde hemos ido.

Hay quien dice que se está utilizando al Ejército en esta crisis como mano de obra barata.

Cuando intervenimos en una emergencia nunca pensamos en si somos o no mano de obra barata. Lo que somos es una herramienta del Estado.

¿Tiene la percepción de que la UME ha acercado el Ejército a los ciudadanos?

La UME ha contribuido a que mejore su imagen porque se percibe que está a disposición de la sociedad. Lo que ocurre es que no es lo mismo que esa ayuda se produzca a 4.000 km que achicando el agua de tu cocina. Hay una cercanía. Pero antes de la UME el Ejército ya era de las instituciones más valoradas.

Una situación de pandemia como la de marzo y una Dana. ¿La UME podría asumirla?

Sí, porque nosotros iríamos a lo específico y derivaríamos el resto a otras unidades de las Fuerzas Armadas. En Orense se ha tenido que hacer frente a rastreadores y a once incendios. Y se ha hecho.

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