La crisis del coronavirus ha provocado un aumento de los empeños y a su vez ha modificado el perfil de los mismos. Las operaciones de este estilo en monte piedad han crecido entre mayo y agosto un 10 % con respecto a su volumen de negocio de 2019.

En paralelo, también se ha transformado el cliente medio. Mientras antes el perfil era de una mujer de entre 50 y 65 años que empeñaban joyas, hoy esos empeños se realizan con las joyas de comunión de los pequeños de la casa para, con ese dinero, afrontar la compra de dispositivos electrónicos como tabletas. La parte más dura es la de aquellos que empeñan sus objetos de valor para capitalizar su empresa, algo cada vez más habitual por los estragos de la crisis sanitaria y su brutal efecto en la economía.