El Partido Popular quería convertir a Ricardo Costa, exsecretario general del PPCV, en el chivo expiatorio de la Gürtel. Una especie de cortafuegos para evitar que la causa judicial que socavó los cimientos del partido en València y Madrid afectara al entonces presidente popular y de la Generalitat, Francisco Camps. Así se desprende de las grabaciones del excomisario Villarejo en el caso Kitchen, en las que además de admitir que advirtió a Juan Cotino de las investigaciones, escuchas y registros que se iban a producir en el caso Gürtel y Brugal, el excomisario apunta a la estrategia supuestamente urdida por María Dolores de Cospedal para que Costa dimitiera y asumiera el error de las contrataciones con Orange Market, como empresa de cabecera en los actos del partido.

«Yo el favor se lo hago a Juan Cotino, tal y cual, por ella y por ti. ¿Entiendes? Encima es una jugada de lujo asiático, que a nivel nacional se le hace a València», asegura el excomisario Villarejo en una conversación con el marido de María Dolores de Cospedal, Ignacio López del Hierro, en referencia al chivatazo de las actuaciones judiciales y sus supuestas gestiones para retrasar la publicación de informes de la UDEF sobre la presunta financiación ilegal del PP a través de Orange Market. «Y macho, para qué, para que hubiera actuado, macho, hubieran cogido al chico (Ricardo Costa) y decirle: ‘Mira macho, que te vas a ir de vacaciones, pero en septiembre va a empezar la ruina. Vete buscando una salida». Una estrategia asentida por López del Hierro. «Claro, hombre, en vez de… Adelántate». Aunque Villarejo se lamenta que desde el PP «no le dicen nada a Costa».

La estrategia, en palabras de Villarejo, consistía en que el partido «se adelantara, en plan elegante: ‘Mira, yo por temas personales voy a estar una temporada...’» Una jugada con la que, a juicio de López del Hierro, «le desmontas todo el tema a los otros (la oposición del PSOE)». «Y dentro de un año o dos años, o tres o cuando sea -continúa Villarejo- el tío (Costa) puede volver, perfectamente, no ha pasado nada, se han olvidado de él, como ha pasado con muchos».

Ante la perplejidad de Villarejo con el PP valenciano y con Camps por no haber provocado la dimisión de Costa como portavoz popular en las Corts, López del Hierro señala que «de él (Costa) no saldrá» y el marido de Cospedal relata que al parecer, Juan Cotino «no quería que se cesase al número dos de Camps». Aunque ambos lamentan que los esfuerzos de Villarejo por «descafeinar» y retrasar la publicación de un informe policial sobre la facturación con Orange Market para financiar los actos del PP no obtenga movimientos por parte del PP valenciano. «No, no, esto es lo que hay. Coño, ¿qué podemos hacer? Digo, lo que se me ocurre es: vamos a retrasar este informe, lo vamos a descafeinar lo máximo posible, lo vamos a sacar el último día de julio para que te dé tiempo el mover vosotros para que exoneren a Camps, pero que sepas que Costa tiene que irse por esto y por eso. Así es que… Manejarse… ‘Bueno, bueno, si es por Costa que le den por el culo’, dijo Juan Cotino», rebate Villarejo.

Finalmente la estrategia se cumplió ya que apenas un mes después de esta conversación, el secretario general del PP y portavoz del grupo parlamentario popular, Ricardo Costa, dimitió de sus cargos, tras varios tiras y aflojas con Génova. Costa aún se sentaría en el banquillo junto a Francisco Camps, en la causa de los trajes en la que ambos fueron absueltos.

Un procesamiento que no pudo esquivar en la causa por la presunta financiación ilegal del PP en las elecciones de 2007 y 2008, por las que fue juzgado en enero de 2018 y condenado a cuatro años de cárcel. Sin embargo, el Juzgado Central de lo Penal de la Audiencia Nacional concedió la suspensión de la pena de cuatro años de cárcel a Costa, tras su confesión en el juicio por delito electoral y su colaboración posterior con la Fiscalía Anticorrupción.

Costa logró eludir su ingreso en prisión a cambio de una multa de 192.000 euros, a razón de 4.000 euros mensuales durante 48 meses. También cumplió un año de trabajos comunitarios en beneficio de la comunidad, como voluntario en Cruz Roja y Cáritas.