La Comunidad de Madrid invirtió 18,7 millones de euros en el hospital temporal que montó en la Feria de Madrid, el milagro de Ifema, como lo llamó el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso. Desviando enfermos a las 1.300 camas de aquella clínica provisional se alivió la presión del resto de hospitales. El 31 de marzo, cuando Ifema llevaba 10 días como centro sanitario y trataba de solucionar el caos de su estreno, había 27.509 casos de covid-19 en la región, 15.140 personas ingresadas y 1.514 de ellas en las ucis.

Era la fase dramática de la pandemia. Se tramitaron por vía de urgencia numerosos contratos para la dotación de aquel hospital de campaña que atraía a las cámaras de televisión y se granjeó una felicitación del director del Grupo Orgánico de Brotes Epidémicos y Emergencias de la OMS, Bruce Aylward. Pero aquella urgencia no ha salido barata.

De los 18,7 millones, 4,4 se gastaron en suministros que igualmente se habrían gastado en otros hospitales de no existir el de Ifema. Los otros 14,3 millones están más relacionados con partidas específicas del hospital de campaña: montaje (176.225 euros), equipamiento (1,8 millones), limpieza (3,9), almacén (1,8) o lavandería (1,3). Son cifras dadas por la Consejería de Sanidad al Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid el 28 de abril.

Cada uno de los 41 días que estuvo abierto, el hospital de Ifema costó 457.448 euros. Y, contando a los 3.800 enfermos que alojó, cada ingreso costó 4.940 euros. En los gastos se detiene con perplejidad el neumólogo y profesor de la Escuela Nacional de Sanidad José Manuel Freire. Según sus datos, la limpieza del recinto (los pabellones 7 y 9 de Ifema) costó 0,35 euros el metro cuadrado, cuando de media cuesta en un gran hospital de Madrid 0,21 euros, y la lavandería alcanzó 111 euros por cama y día (la media en los hospitales de Madrid es 3,3 euros). La comida diaria de los enfermos y los sanitarios costó 18,5 euros la pensión completa (la media de Madrid no supera los 10). Todos estos servicios fueron subcontratados con grandes empresas.

Ifema supuso «el número de camas funcionantes más elevado» de todo Madrid, «con un gran desahogo para la saturación de los demás centros», dice una valoración técnica de la consejería madrileña de Sanidad.

Ese es uno de los argumentos que usa Ayuso para defender aquella idea. Ese, y el hecho exitoso de que 3.800 ingresos se resolvieron allí con 3.400 altas. Pero, en opinión de Freire, el milagro tiene una explicación poco milagrosa. Por ejemplo, la calidad de los pacientes. Ifema registró solo 16 fallecimientos mientras los otros centros tenían sus morgues a tope. Al hospital de la Feria de Madrid se derivaban enfermos menos graves, y por eso la necesidad de atención fue mucho menor que la media de los hospitales de la región.