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Superbacterias para depurar el agua

El proyecto Life Bactiwater, que desarrolla Global Omnium, permite acelerar la limpieza de los vertidos no controlados con metales pesados o pesticidas que llegan a las plantas de tratamiento, contribuyendo a una mayor protección ambiental

Feliu Sempere, uno de los integrantes del proyecto.

Una bacteria supereficiente, resistente a la presencia de sustancias nocivas y adaptada para su aplicación en fangos activos en las depuradoras, permitirá acelerar la «limpieza» de las aguas residuales. Un proceso que las devolverá en mejores condiciones al medio natural. Se trata del proyecto Life Bactiwater, coordinado por Global Omnium junto a sus socios Biopolis y Life Sequencing. La investigación, financiada por la Unión Europea dentro del programa LIFE, pretende demostrar que es posible facilitar la recuperación de estos procesos biológicos, contribuyendo con ello a la protección ambiental y a alcanzar antes los objetivos de desarrollo sostenible.

En la actualidad, el 80 % de las plantas de tratamiento de aguas residuales ubicadas en Europa están basadas en procesos de fangos activos. Estos son tratamientos biológicos en los que los microorganismos existentes, gracias a un aporte externo de oxígeno, llevan a cabo la eliminación de la materia orgánica y los nutrientes que llevan las aguas sucias.

Estas estaciones depuradoras dependen de la estabilidad y de la eficiencia de este proceso biológico para no devolver aguas indebidamente tratadas al medio fluvial. Una situación que supone una amenaza ambiental y una degradación de los recursos hídricos, además de la pérdida de la diversidad biológica. Sin olvidar, tampoco, el problema de salud pública que ello implica.

Las plantas de saneamiento están obligadas a tratar todas las aguas que llegan a sus instalaciones. Algunas pueden recibir vertidos no controlados que contienen sustancias nocivas, como metales pesados, pesticidas u otros compuestos químicos u orgánicos que pueden inhibir o dañar gravemente sus procesos biológicos. La consecuencia inmeditata es que se compromete la calidad de sus efluentes, con los impactos negativos que ello puede conllevar.

El kit de detección está en la fase de validación final, permitiendo cuantificar las especies que son indicadoras de un buen funcionamiento del proceso, así como el número total de bacterias y hongos. Su desarrollo, sin embargo, ha sufrido un contratiempo debido a la gran demanda de materiales para realizar PCR a raíz de la crisis sanitaria, por lo que su diseño se está adaptando al uso de otros materiales de mayor disponibilidad actual.Las depuradoras, mientras, continúan mejorando su funcionamiento en la lucha contra el cambio climático.

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